El renacer de un corazón
Por Alejandra Maraveles
02.
El socio misterioso.
El tiempo pareció detenerse,
Lily miró detenidamente los profundos ojos azules del muchacho que
hasta hacía unos instantes estaba riendo, y que en ese momento le
devolvían la mirada. Lily sintió como su corazón palpitaba con
fuerza, podía escuchar cada latido cual si fuera un tambor.
Comenzó a sentir que la sangre se agolpaba en su cara.
- Puede tomar asiento – escuchó
a lo lejos Lily.
“¿Asiento?” pensó Lily, y
después de volver a pensar en lo mismo por segunda ocasión fue
como si despertara de un largo sueño.
- ¿Perdón? – dijo con las
mejillas encendidas.
- Que puede tomar asiento –
repitió uno de los socios a los que Lily conocía de vista.
- Sé que esto fue repentino,
porque no se le avisó con tiempo, pero pues para nosotros a veces
el tiempo no puede tener horarios… - se disculpó el otro socio al
que había visto anteriormente.
Los dos socios eran muy bien
parecidos, uno de ellos era rubio y siempre vestía impecablemente.
En la oficina las chicas solían hacer llamadas sólo para avisar
cuando pasaba por los pasillos, además de lucir bien, siempre
dejaba una estela de un aroma delicioso que era su marca personal.
Su nombre era Archibald Cornwell. El otro socio era tan parecido
como opuesto a Archibald, era tan alto como él, pero su cabello
era castaño oscuro, tenía unos ojos muy lindos, pero por lo
regular llevaba gafas, su aspecto por el contrario de Archibald
era el de una persona relajada en su vestir, rara vez utilizaba
corbata, y si la utilizaba por lo general no coordinaba con nada
más de lo que llevara puesto. Su nombre era Alistear Cornwell, y
ambos eran hermanos.
Ellos eran los socios que la
mayoría conocía, sin embargo se sabía que había otros, los cuales
nunca habían sido vistos. Lily era una de las que sólo conocía a
Alistear y a Archibald.
- Perdón señorita Divas, no le
hemos presentado a otro de los socios, él es Anthony Brown…
Anthony quien desde que Lily
había entrado a la sala de juntas no había dicho una palabra y se
había quedado como hipnotizado mirándola. Desvió la mirada unos
segundos para volver a mirar a Lily.
- Mucho gusto, puede llamarme
Anthony… y no me gusta que hablen de usted…
- Pues lo mismo Anthony, puedes…
- se detuvo un segundo y sonrío – llamarme Lily.
- Pues ya que estamos
sincerándonos, a mi llámame Archie, solo la tía me dice Archibald…
-dijo haciendo una ligera expresión de asco.
- A mi llámame Stear…
Lily sonrío un poco avergonzada,
lo que tanto miedo le había dado comenzaba a resultar como una
reunión de viejos amigos, Archie le explicó a Lily que Anthony
acababa de llegar de fuera del país y que iba a estar a cargo de
un nuevo proyecto y que habían pensando en ella para que se
encargara de la parte publicitaría del mismo, además de que sería
libre de conformar su equipo de la forma que mejor le pareciera,
eso entre otras cosas hablaron durante la junta, hasta que el
celular de Archie comenzó a sonar insistentemente.
- Lo siento, pero creo que
debemos irnos… - dijo Archie – mañana te mandaré la información
por mail…
Archie salió apresuradamente, y
Stear lo siguió, sólo Anthony se quedó un poco atrás.
- Lily… mañana vendré
nuevamente, creo que es necesario para ultimar detalles.
- Claro – dijo Lily muy
sonriente mientras escuchaba la varonil voz de Anthony – aquí te
esperaré.
- Gracias… lamento salir de
forma tan abrupta…
- No hay cuidado, entiendo que
deben tener muchos pendientes…
- Sí – dijo pensativo.
Lily lo miró con interés, pero
él enseguida sonrío y estrecho su mano antes de partir. La
muchacha lo miró salir y lo siguió con la mirada hasta que
desapareció por el elevador. La sensación de aquel roce aún
hormigueaba en su mano cuando llegó a su oficina.
Se sentó en su silla y sonrío
para si, en ese momento el teléfono comenzó a sonar. Lily levantó
la bocina.
- Sí, allí estaré – dijo Lily
después de escuchar brevemente durante unos segundos y salió
rápidamente de la oficina.
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