El renacer de un corazón
Por Alejandra Maraveles
01. ¿Aun
existe el amor?
Esa mañana había iniciado de la
forma más normal, Lily se había despertado y se había preparado
para ir al trabajo, Lily llevaba años trabajando en esa compañía
de publicidad, había empezado con un puesto menor y en este
momento había logrado conseguir uno de los puestos más cotizados,
ser uno de los gerentes ejecutivos de la compañía era estar a un
paso de ser socio de la firma. Hasta ese momento, ella sólo había
conocido a dos de los socios de la compañía, aunque únicamente de forma
superficial, es decir los había visto en un par de juntas, donde
se habían dedicado a escuchar con atención y de donde se habían
retirado antes de que terminaran.
Así pues ese día, que había
iniciado tan normal, se había ido acrecentando en nervios; por
primera vez desde que había entrado a trabajar a la firma, iba a
conocer personalmente a los socios, ellos estaban muy interesados
en conocerla y en hablar con ella. La noticia se la habían dado
apenas y había cruzado la puerta de su nueva oficina, en ese
momento sintió que un remolino se le formaba en el estómago...
“Tengo que hablarle a Don”
pensó, Don o mejor dicho Donovan era su prometido, hacía dos años
que estaban comprometidos, pero a pesar del tiempo, Lily estaba
reacia a casarse, ni ella misma sabía porque se negaba a dar el
siguiente paso. Lily levantó la bocina y marcó un teléfono.
- ¿Don? Hola amor... ¿Cómo que
qué quiero?... pues hablar contigo... si ya se que te vi en la
mañana... es que sucedió algo... ¡¡Ahh!... estas ocupado... esta
bien... ya no te molesto más.
Lily colgó el teléfono de mala
gana.
- ¿Y el teléfono que culpa
tiene? – dijo una voz femenina desde la puerta de la oficina.
Lily levantó la mirada y se
encontró con el rostro sonriente de su mejor amiga.
- ¿Qué haces aquí Ale? – le
preguntó con un tono algo amargo.
- Saludarte – dijo ella mientras
levantaba una ceja – y venir a comprobar los chismes...
- Ale, tú deberías estar en tu
oficina, ¿qué no estas en cierre de mes?
- ¿Y eso que? – dijo al tiempo
que se sentaba en la única silla que estaba frente al escritorio
de Lily.
- Ayy Ale – dijo un tanto
resignada – la verdad es que no tengo ánimos de hablar.
- Mira Lily, que tu novio te
haya dado el cortón por el teléfono, no quiere decir que a todos
nos valga lo que te sucede...
- Por favor no lo metas en esto
– dijo un poco enfada...
- Esta bien, yo sólo decía –
accedió Ale al tiempo que la miraba a la cara – ahora sí, dime ¿es
cierto?
- ¿Qué? – preguntó Lily con un
dejo de enfado
- Pues que vas a ver a los
socios ¿es cierto?
- Sí, eso me dijo Mr. Lloyd...
- ¡Vaya! – contestó muy
sorprendida - ¿crees que irán a estar todos?
- No tengo la menor idea...
- Pues allí me los saludas...
- ¿Cómo si los conocieras? –
dijo con sarcasmo Lily.
- Bueno, pero me gustaría
conocerlos...
- Estoy muy nerviosa, no sé porque...
- Quizá porque están guapos...
- No, no sé, es que siento que
me estoy jugando mi carrera...
- ¡Cálmate! – exclamó sonriendo
Ale – Al menos que estuvieran locos harían algo en contra tuya...
- Siento que no estoy bien
vestida... no sé porque no me avisaron con tiempo...
- ¡¡Pero si te ves muy bien!!
Lily abrió la boca para
contestar cuando la secretaría de presidencia se asomó por la
puerta.
- Lic. Divas, la esperan en la
sala de juntas...
- Muchas gracias Maryen. Voy
para allá.
- Uyy ya te buscan – dijo de
forma burlona Ale.
- ¡Gracias por los ánimos! –
exclamó un tanto sarcástica Lily
- Bueno pues ánimo... y ya no te
digo nada porque todo lo tomas a mal... así que luego nos vemos
para comer
- Sí, igual…
Ale salió de la oficina y Lily
se quedó petrificada, había llegado el momento, tomó su saco que
estaba en la perchera, se alisó la falda y respiró hondo... Salió
de su oficina, y caminó lentamente hasta la puerta de la sala de
juntas.
A través de la puerta le llegó
el murmullo de que alguien se reía, era una risa cristalina, y
algo le hizo a Lily sentir mucha emoción. Aún temblando abrió la
puerta, donde lo primero que vio fue a un muchacho rubio riendo.
En ese momento Lily sintió un
estremecimiento que recorrió su cuerpo.
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