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La Valkyria y el oso 03

LA VALKYRIA Y EL OSO

Por Valky Ady
Capítulo Tres

En un hermoso jardín, de uno de los maravillosos castillos de Midgard, se halla una hermosa guerrera acompañada de un magnifico oso. Se trataba de Valkiria Perla y su amado esposo, quienes acababan de llegar del Valhalla. La guerrera no se imaginaba que en su noche de bodas, recibiría una maravillosa sorpresa.
Perla ignoraba la verdadera identidad de su querido oso, aun no entendía porque había aceptado ser la esposa de un animal misterioso, aunque su corazón le amo desde la noche que le vio, era un amor extraño, desconcertante.
Al llegar la noche, en la alcoba nupcial, esperaba impaciente la guerrera. La habitación estaba en penumbras, solo algunos traviesos rayos de luna atravesaban curiosos las gruesas cortinas, pues el oso había dispuesto que ni una mínima luz alumbrara el lugar.
Las enormes puertas se abren de par en par, dando paso a un hombre, quien temeroso se acerca a su esposa, la cual esta sentada en la cama. La oscuridad de la alcoba no permite que Perla vea la imagen de aquel hombre hermoso. Anthony, se sienta en el suelo y deposita su cabeza en las piernas de ella; las manos de la guerrera acarician los cabellos de él. El corazón de la Valkiria palpita apresuradamente, sabe que ese hombre es su esposo, aquel enorme oso que una noche encontrara en el bosque.
-¿Cuál es tu nombre? –preguntó con inocencia la guerrera.
-Mi nombre es Anthony, mi bella esposa. Y en esta, nuestra noche de bodas he de confesarte mi secreto, un secreto que agobia mi corazón.
-¿Qué secreto oculta tu alma, amado esposo? –pregunto Perla.
-Sobre mi, cae un embrujo. Por culpa de un mezquino corazón, en la noche adopto mi forma humana, lo que soy en realidad, lo que tus bellas manos pueden sentir en este momento y por el día me transformo en ese gran oso –conforme relataba su historia una lágrima rodó por su mejilla.
-Esposo mío, permite que la luz de la luna ilumine tu silueta y que tu imagen se quede en mis pupilas –suplicó la Valkiria.
-Me duele no poder complacer tu deseo, confórmate con saber que en cuanto te mire te ame, pues mi alma intuyó que tu corazón solo podía albergar hermosos sentimientos.
-Dime esposo mío, ¿qué puedo hacer por ti?, ¿dime quién fue capaz de hundirte en la más profunda de las tristezas? –preguntó Perla con dolor.
-No te lo puedo decir, lo único que te pido es paciencia, sólo un poco de paciencia. Para que pueda mostrarme ante ti rodeado de luz, tendrás que esperar cinco días y a la media noche del quinto día el embrujo desaparecerá.
-¿Eso es cierto? –preguntó con entusiasmo Perla.
-Así es mi bella esposa. Ahora tienes que prometerme, que tu curiosidad no te vencerá, que no trataras de conocer mi apariencia, que no hablarás de esto con nadie. ¿Me lo prometes?
-Si, amado esposo, te lo prometo.
Dicha promesa fue sellada con un beso dulce y apasionado, para después perderse uno en brazos del otro.
Al cuarto día, Perla sintió deseos de ver a sus hermanas, las extrañaba mucho. Pidió permiso a su esposo y este no le negó su pedimento. Al despedirse, él le recordó su promesa.
Valkiria Perla ha llegado a Wingolf, sus hermanas están contentas de ver a su pequeña hermana.
-Y cuéntanos, querida hermana, ¿qué se siente estar casada con un oso? –preguntó Ady.
-Bueno… pues –Perla no quería contestar, pues lo había prometido.
-Vamos Perla, cuéntanos –insistió Valkiria Lily.
-Si, anda di algo –rogaba Valkiria Ale.
-No hay mucho que contar –contestó Perla.
-No seas mala, que te cuesta decirnos algo –dijo Valkiria Di.
-O a caso ¿ya no nos quieres?, ¿ya no somos dignas de tu confianza? –preguntó Valkiria Emma.
-No se trata de eso, simplemente me da un poco de vergüenza contarles –contestó Perla.
-Esta bien, no insistiremos –dijo Valkiria Laura.
Ady miro fijamente a Perla, pareciera que quería penetrar en su mente y convencerla de que contará su aventura con el oso, quería hacerla faltar a su promesa y de esa manera conseguir su objetivo.


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