Capítulo
07. Mi estrella
Por Lily
Flor
Ya de nuevo en el Pauna. La brisa
del mar se dejaba sentir bastante mas fría que cuando estaban
llegando. Alejandra se encontraba distraída viendo como se
alejaban de Nantucket. Se miraba todo tan brillante a lo lejos. La
brisa le movía los cabellos, y sentía una paz que inundaba todo su
ser. Se sentía bien porque Anthony había abierto su corazón para
ella. Pero al mismo tiempo le atormentaba que él no se sintiera
feliz. Pero no quería pensar en eso. Si no en la forma tan tierna
en la que tomó su mano y caminaron juntos hasta llegar al barco.
Los chicos habían retomado su juego
de billar, y Alejandra estaba sin deseos de nada.
Solo quería estar allí, sumergida
en sus propios pensamientos.
Anthony la miraba de lejos...
había algo en ella que le llamaba la atención. Que le daba paz.
Sentía que si estaba cerca de ella,
todo iría bien. Aunque en el fondo sentía deseos de protegerla,
así como había protegido a Candy en el pasado. Pero se había
propuesto no volver a pensar en eso. Sabía que tenia que dar un
paso adelante y continuar con su vida.
-¿Estas bien?- Le preguntó Anthony,
sobresaltándola un poco, ya que no lo vio acercarse.
-Si, si, estoy bien- le aseguró
Alejandra. Nuevamente volvió a escuchar el rápido palpitar de su
corazón al sentir a Anthony tan cerca.
-Ven, quiero enseñarte algo- le
dijo Anthony tomándola de nuevo de la mano.
Se acercaron a la parte delantera
del yate, el viento se sentía más fuerte aun de ese lado.
Alejandra sintió frío, pero decidió
no quejarse. Anthony como leyendo sus pensamientos se quitó su
chaqueta y se la puso encima a Alejandra. Ella pensó en no
aceptarla, pero en ese momento, al ver los ojos de Anthony, sintió
que no debía decir palabra alguna.
“¿Vez aquella estrella?” Le
preguntó
“Se llama osa mayor, con Mizar y
Alcor que apenas se distingue, además, esta la Osa Menor, y el
extremo por donde el osito hace sus necesidades es Polaris, las
estrella Polar”
“¿Algo mas?” le dice Alejandra como
confusa
“No mucho, pero Casiopea debe
poderse ver mejor en unos meses.”
“La madre de Andrómeda, la mujer
encadenada.”
“Así es. Ahora esta un poco
borrosa, pero a principios de verano se ve tan clara como un
sueño”
Comentó, mientras seguía observando
el espacio estelar.
“Hay allí, también una estrella, la
mas pequeña de todas, esa tiene tu nombre” le dijo
Alejandra se quedo sorprendida.
“¿Como lo sabes?” le pregunto
incrédula.
“Yo la nombre así, para acordarme
de ti y de este momento cada vez que vea al cielo y no te
encuentres a mi lado”
Alejandra quiso decir algo. Pero
eso la puso triste, porque sabia bien que el se refería a su
partida de regreso a Chicago. Sentía él viendo alborotar su
cabello, y la fría brisa en su cara. Y hasta podía ver a lo lejos
el puerto de Boston que se acercaba más y más.
-Cuando no estés a mi lado también
te recordare aunque no mire el firmamento- le dijo muy
emocionada...
Pronto llegaron a Boston. La brisa
suave y fría aun la sentían, a pesar del calor que ahora reinaba
en sus corazones.
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