Capítulo
08. Media hora nada más...
Por Lily
Flor
En los siguientes días, después
del barco. La amistad entre Anthony y Alejandra floreció como un
hermoso jardín. Alejandra sentía que estaba viviendo en un sueño
del cual no quería despertar. Aunque bien sabía que debía
preparar su corazón para el día en que se tuvieran que despedir,
tal vez para siempre. Pero por ahora, solo quería disfrutar de
la hermosa sensación que sentía al lado de Anthony...
Alejandra llegó a su trabajo, un
lunes por la mañana, que alegría era llegar al trabajo con
deseos de estar allí. Se sentía con más energías que nunca.
-Ale tienes una llamada por
teléfono- le comunicó Heather, su compañera de trabajo.
-Hello- respondió prontamente
Alejandra.
-¡¡¡Ale!!! Querida soy yo Lily-
le gritó la voz al otro lado.
-Si no es en el trabajo, no te
encuentro, tengo días de estarte llamando, ¿Cómo esta todo?
Cuéntame.- Le preguntó
-¡Lily! todo esta muy bien. Las
ventas están muy bien, como de costumbre-dijo Alejandra.
-¿Y tú como estas? ¿Cómo te
sientes?- Preguntó de nuevo Lily ya mas seria.
-Me siento, bien, estoy muy bien,
¿porque preguntas?-
-¿Que no puedo preguntarte?-
-Claro que si, si claro, lo
siento- Alejandra no sabia porque, pero no quería comentar su
amistad con sus nuevos amigos.
-Llamaba también porque, ya
regreso la próxima semana, y como sé que tu cumpleaños es el 17,
no sabia si tenias planes de tomarte un tiempo libre, o algo
así-
Alejandra no había pensado que su
cumpleaños se estaba acercando.
-No, no planeo hacer nada, estaré
aquí como siempre- le dijo
-Ah ¡qué bueno! Pero te prometo
que saldremos a celebrar. ¡Wow! 30 al fin ¿no?- Dijo entre risas
-¿Aun piensas quedarte para
vestir santos?- Le preguntó mientras seguía riendo.
Alejandra, no se acordaba ya, que
había tenido esa conversación con su amiga, y sobre todo, le
recordó que también se lo había platicado a Anthony. El tiempo
estaba corriendo demasiado aprisa.
-Si, que risa, ja ja- le dijo muy
sarcástica
-Claro aun no hay candidato que
me lo impida- le informó
-Ay Ale, no te enojes, bueno, te
dejo porque me sale caro esto, te veo la semana que viene, ¡te
cuidas!-
Alejandra se quedó pensativa.
¿Cómo había podido decirle eso a Anthony? De verdad pensaba
cumplir su promesa de no buscar más el amor, pero ahora que lo
conocía, sentía que necesitaba más tiempo. Claro, que con el no
había ningún romance, solo una amistad muy hermosa. Pero en el
fondo Alejandra pensaba que todo era posible. Y más cuando ya
pronto se acercaba la hora de su almuerzo.
Como todos los días que
trabajaba, siempre tomaba el almuerzo con Anthony, era media
hora nada más, pero sin duda era la mejor media hora de su día.
A veces los chicos los acompañaban, pero la mayoría de veces, se
quedaban a solas.
Un transeúnte cualquiera que los
hubiera visto, pensaría que se trataba de una pareja de novios.
Pero la verdad es que no era así. Eran tan solo amigos, y por el
momento eso le bastaba a Alejandra para ser feliz.
-¡Alejandra!- Le grito Heather
sacándola bruscamente de sus pensamientos.
-Parece que estas distraída hoy...
tienes otra llamada- le dijo
-Hello- respondió de nuevo el
teléfono. Al otro lado le respondía una voz tan esperada...
-Alejandra, soy yo Anthony- le dijo
la voz con emoción.
Alejandra sentía que se le cortaba
la respiración como siempre que hablaba con él...
-No podré tomar el almuerzo contigo
hoy, lo siento, traté lo mas que pude pero necesito arreglar unos
papeles, y dejar unos asuntos en orden antes de que regrese el
nuevo jefe- le informó.
-¿El nuevo jefe?- Preguntó
Alejandra.
- Si, el gerente que contrato mi
tío, el cual ha estado entrenando para que maneje esta tienda,
después que se vaya-
-OH, Anthony, esta bien, por mi no
te preocupes, ocúpate de tus cosas, tomate tu tiempo, te veré
luego- le dijo Alejandra, tratando de no sonar muy decepcionada,
ya que en verdad quería verlo.
-Te extrañare- le dijo Anthony de
repente. Sorprendiendo a Alejandra, que sentía de nuevo el rápido
palpitar de su corazón.
-Yo también- le contestó Alejandra
casi automáticamente. Algo extraño estaba pasando en sus
corazones. Parecía como si el mundo se hubiera detenido de repente
y en ese momento solo se escuchaba su respiración.
-Aleeee, tienes una devolución- le
interrumpió Heather otra vez, regresándola de nuevo a la realidad.
-Dame un momento- le dijo.
-Anthony debo irme, tengo un
cliente- le dijo a prisa, y casi a la fuerza.
-Bueno, esta bien, no te preocupes,
yo también tengo muchas cosas que hacer- le contestó Anthony.
-Bueno, hasta luego entonces- le
dijo Alejandra, disponiéndose a colgar.
-Espera un momento, Alejandra- le
dijo como rogando. Alejandra sintió como si su corazón se hubiera
encogido.
-Quiero verte, luego- le dijo. Sus
palabras sonaban urgentes. Como si quisiera decirle algo más.
-¿Puedo pasar a tu casa a eso de
las seis y media?- Preguntó expectante.
-Si, si claro, Anthony, a esa hora
ya voy a estar en casa- contestó Alejandra muy emocionada. Y con
ese acuerdo, colgaron el teléfono aunque no sus pensamientos.
¿Que le querrá decir Anthony?
¿Porque mas querrá pasar a verla? Alejandra tenía su cabeza llena
de interrogantes. Pero tenia que esperar pacientemente a que
pasara la ultima media hora del día para irse a su casa y esperar
a Anthony. No quería hacerse de ilusiones, pero su corazón saltaba
de alegría y esperanzas.
-El corazón no se puede equivocar-
pensó.
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