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Había una vez... 06



Capítulo 06. Recuerdo de un gran amor
Por Lily Flor 

 
Todo se miraba ya a media luz. Pues eran casi las 6pm.
 
-Si no les importa, yo voy a comprar unos recuerditos- dijo Stear.

 
-Si yo también, quiero llevarle algo a Candy de aquí- Dijo Archie,  mientras desaparecía detrás de su hermano.
-¿Candy?- Preguntó en voz alta sin querer Alejandra.
-Candy es una prima nuestra, hija adoptiva del tío Albert- le informó Anthony. Con la mirada perdida en el horizonte. Parecía recordar algo.
 
Sin decirlo, Alejandra supo que recordar a su prima Candy le causaba a Anthony un profundo dolor.
 
-¿Y no vas con ellos?- Preguntó ansiosa
-Noooo... yo, no iré a ver a Candy- Contestó Anthony, sin dejar de ver el horizonte, parecía haberse ido lejos. A un lugar donde Alejandra no lo podía seguir, porque era parte de su pasado. Un pasado que aun le dolía  recordar a Anthony.
 
Como hubiera querido Alejandra poder consolar a Anthony, pero no podía. Tenia que esperar paciente a que Anthony solo, quisiera hablarle de su pasado.
 
Alejandra prosiguió a caminar por la amplia calle al rededor de la playa.
 
Había niños a lo lejos aun jugando con la arena. Locales y turistas, dando su caminata de la tarde para mantenerse en forma. El mundo giraba de la misma forma que hacia un rato, pero para Anthony parecía haber girado al revés, porque seguía perdido en sus pensamientos. Caminaba al lado de Alejandra, pero su mirada se mantenía ausente.
 
Por fin se detuvo, y caminó hacia la orilla de la playa en donde había unas bancas, allí se sentó y puso sus manos sobre su cabeza.
 
Alejandra sintió que su corazón, no aguantaba más. Debía hacer algo. Pero no sabia que.
Entonces se sentó junto a el, sin decir nada.
 
-Si lo deseas, estoy aquí para escucharte- le ofreció amablemente Alejandra a un Anthony distinto. Melancólico. Con tristeza en la mirada.
-Gracias- le sonrió al fin.
-Lo sé- Y sin mirarla Anthony recordó su pasado.
-Candy es una amiga mía, muy querida y especial, a quien quise mucho en nuestra infancia- dijo por fin; Sin dejar de mirar el suelo. Alejandra calló, esperando a que continuase.
-Creo que miento, no la quise- se corrigió enseguida.
-La ame, la ame tanto y más que nadie pudo amar a alguien, a esa edad; Candy llego a mi vida para llenarla de mucha alegría. Pero éramos muy jóvenes para entender ese amor. Yo soñaba con ser mayor un día, y casarme con ella.- Anthony se quedó en silencio como pensando. Como recordando aquellos días de alegría.
-¿Y ella te amaba a ti?- Preguntó curiosa, Alejandra. Que se sentía mas interesada en saber la razón por la cual ese gran amor no pudo ser.
-¿Que si me amaba? Quiero pensar que me amaba tanto o más que yo a ella.- Dijo Anthony con una seguridad de verdad impresionante.
-Te preguntaras, ¿qué fue lo que paso con ese amor de infancia entonces no?- Le preguntó  a Alejandra, viéndola  ahora muy pensativa.
-Algo seguro pasó que los separó de alguna manera, me imagino- le dijo Alejandra.
Anthony se sonrió, y parecía rebuscar en su pasado.
-Tuve un accidente, me caí de un caballo, y estuve muy grave, a punto de morir, estuve en coma alrededor de... 3 meses, los médicos me daban por muerto- le contó Anthony. Alejandra se había quedado muy sorprendida con esa información.

 
-Mi tía que es una persona que se ocupa demasiado de la opinión de los demás, sintió que ya no quería que mi enfermedad estuviera en boca de todos, y tomo la decisión de informar a la familia, que había fallecido, ya que era lo más seguro que ocurriera. Los médicos pensaron que al desconectarme del respirador artificial yo dejaría de vivir, pero eso no pasó así, claro, si no, pues, no estaría aquí contándote- le dijo Anthony, sonriendo. Aunque lo menos que Alejandra sentía era ganas de reír, ¿cómo pudo esa tía de Anthony haber hecho tal cosa? Haber dicho que estaba muerto.
 
Anthony como adivinando los pensamientos de Alejandra entonces le dijo:
-Ya sé que pensaras que mi tía es una mujer malvada, por haber hecho eso, pero en verdad... no la culpo, ella fue creada con esa mentalidad, claro, al yo resultar estar vivo ella no supo que hacer conmigo, y decidió enviarme lejos a recuperarme, y a estudiar.- Anthony dio un suspiro muy grande como cansado.
-Pero para no hacerte muy larga la historia, un día yo volví, y todos supieron que no había muerto, pero ya para eso, Candy había hecho su vida, y ya estaba casada-
 
A esto ultimo, Anthony tuvo que hacer un esfuerzo para decirlo. Esto sin duda era la tristeza de Anthony. Candy se había casado. Había sido feliz sin él...
 
-Seguramente fue un shock para todos saber que aun vivías, no puedo imaginar la reacción de todos- Comentó Alejandra, que no sabía muy bien que más poder decir.
Anthony la miró, y Alejandra pudo ver la humedad en sus ojos. La tristeza y la agonía por la que pasaba al hablar de esa chica estaban muy palpables.
 
-Si, todos estaban muy contentos, y sorprendidos, pero sobre todo muy aliviados de poder verme. Candy también lo estaba, pero su reacción no fue... como yo lo imaginaba. Se miraba contenta, y se notaba... que sentía mucho no haberlo sabido antes de.....-  A Esto, Anthony no pudo contener su dolor más. Pero se paró, y volteó su mirada.
-Si al menos fuera feliz...  si yo supiera que ese tipo la hace feliz, con eso me bastaría para poder sentirme tranquilo- Dijo, muy tristemente.
-¿No es feliz? ¿Te lo dijo?- Preguntó Alejandra.
-No, no me lo dijo, lo vi en su mirada, aparentemente para todos, ella es la madre ideal, la esposa ideal, pero cuando por fin pude hablar con ella a solas, supe que ella era infeliz, ella trato de ocultarlo, es demasiado correcta para haberme dicho lo contrario. Pero a mi no me pudo engañar, su mirada era de suplica, sentía que quería que la tomara en mis brazos y me la llevara, y yo, yo lo haría en serio, pero ella no lo haría, no dejaría su familia, su esposo.- Anthony calló unos segundos, que parecieron eternos, la tristeza parecía haber invadido todo. Y muy resignado agrego tratando de simular una sonrisa:
- Los días de nuestra infancia pasaron, aquel amor que sentimos ya no volverá, y nuestros sueños se fueron todos juntos ese fatídico día de mi accidente.......-
 
Anthony se quedo callado un buen rato. Alejandra respetó su silencio, porque sabia que en ese momento, no solamente era la tarde la que moría para dar paso a la noche, en ese momento también moría un amor.....
 
-Ven, es hora de irnos- la llamó Anthony, mientras la esperaba con la mano extendida.
 
Alejandra tomó su mano, sin pensarlo dos veces. Y caminaron juntos en silencio hasta llegar al barco, donde ya los demás estaban esperando...




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