6. El tío
abuelo William.
La cara de
Albert era de la más absoluta sorpresa, “¿Cómo puede ella
saberlo?” se preguntó una y otra vez Albert mientras la veía a la
cara.
-
Albert, se que eres el tío Abuelo William, y quiero agradecerte,
por haberme adoptado y haberme dado hasta el momento la
oportunidad de vivir los momento más felices de mi vida.
-
Candy ¿cómo...? pero es que tú... – balbuceó Albert quien no
atinaba a contestar con palabras.
-
Si Albert, o debo llamarte tío William – le dijo al tiempo que lo
volvía a abrazar.
Albert se
quedo paralizado mientras que Candy lo abrazaba, después abrió los
ojos y lo miró.
-
Ya no tienes que esconderte más – le dijo Candy.
-
¿Cómo es que lo supiste? – le preguntó cuando pudo
recuperar el habla.
-
Hice muchas conjeturas... y la tía Elroy me despejó el resto –
dijo Candy tratando de juntar las dos historias.
- No debí nunca acercarme a ti – le dijo algo azorado Albert.
-
¡Por favor! No digas eso – le suplicó Candy – yo soy muy feliz por
haberte conocido. Ven vamos afuera.
El muchacho
caminaba casi mecánicamente, se dejó llevar. Una vez que
estuvieron afuera, Candy llamó a los demás.
-
Albert, hay unos amigos que quieren conocerte – le dijo la chica
mientras Anthony, Stear y Archie se aproximaban
Albert al ver
a los tres muchachos hizo el intento de huir, pero Candy lo retuvo
tomándolo del brazo.
-
Anthony, Stear, Archie – les dijo a los muchachos que estaban muy
extrañados. – Les presento al tío William.
Los tres
muchachos miraron a Albert con extrañeza, él los miraba a través
de los lentes oscuros, las caras asombradas de sus tres sobrinos
que estaban parados frente a él.
-
¿Es usted el Tío Abuelo William? – preguntó Anthony con asombro.
Albert se
quedó callado unos segundos. ¿Acaso la tía Elroy les había dicho a
todos la verdad? Candy le había asegurado que la tía Elroy estaba
al tanto de todo. Por otro lado era la oportunidad que había
buscado por tanto tiempo, ahora podría convivir con sus sobrinos.
-
Soy William Albert Andley – dijo recuperando la serenidad – Si es
lo que quieren saber.
-
¿Cómo puede ser posible? – preguntó Archie - ¿cómo puede vivir
aquí?
-
Es una larga historia Archie y seguramente habrá tiempo para
contarla.
-
Entonces ¿Es cierto? ¿Usted es nuestro tío? – preguntó Stear
-
Sí Stear – le dijo Albert quien se sentía un poco raro, realmente
él no era tan viejo
Con mucha
emoción Albert se vio rodeado de sus sobrinos, todos ellos se
acercaron, Albert sonreía amablemente. Los muchachos junto con
Candy se dirigieron a la Mansión en Lakewood, la tía Elroy estaba
en la terraza, se le veía nerviosa en sus manos estrujaba un
pañuelo. Pronto pudo divisar a los chicos junto con Albert, él
todavía se veía un poco contrariado, pero Candy quien iba atrás de
ellos sonreía ampliamente.
Cuando la
señora Andley vio bien a Albert, supo que Candy no había mentido y
pudo constatar que todo lo que le había dicho era verdad.
Albert miró a
la tía Elroy esperando un regaño y un enfrentamiento, pero en
lugar de eso, su tía corrió a abrazar a su querido sobrino en
medio de mucha algarabía. Duraron en el jardín durante varios
minutos, mientras que la tía besaba a sus sobrinos, para
finalmente llevarlos adentro de la casa, necesitaba hablar con
ellos.
Una vez que
estuvieron en la biblioteca, la tía Elroy comenzó a hablar:
-
El día de hoy ha habido un cambio en la familia Andley, a
diferencia como se habían hecho los planes, William esta ahora
entre nosotros – Anthony, Stear y Archie seguían mirando al joven
que estaba sentado al lado de la tía Elroy, Candy sonreía – Me
hubiera gustado que las cosas resultaran de manera diferente, pero
creo que debo tener más confianza en ustedes.
-
Tía me gustaría saber porque cambio de opinión –preguntó Albert quien
no podía creer que su vida hubiera cambiado tanto en un momento.
-
Cierta persona me hizo ver que debería confiar en todos ustedes –
dijo cariñosamente mientras miraba a Candy de soslayo.
-
¿Candy? – quiso saber Albert.
-
Sí William querido, Candy ha hecho esto posible.
Anthony y los
otros miraban todavía muy sorprendidos a los tres, a la tía
Abuela, al Albert y a Candy. Sabían que algo extraño pasaba pero
no alcanzaban a comprender a ciencia cierta que era lo que
ocurría.
-
Tía, Candy… ¿Tío William?, ¿podrían por favor explicarse? No
entendemos que esta pasando – suplicó Anthony quien quería
comprender que pasaba.
-
Tienes razón Anthony… todos tienen que saber porque ahora William
esta aquí. – dijo la tía Abuela
Los muchachos
siguieron a la tía Elroy hasta estar dentro de la biblioteca de la
mansión de Lakewood. Cuando estuvieron todos sentados no hacían
más que mirarse las caras unos a otros y de vez en vez mirar a
Albert quien parecía mucho más tranquilo. La tía cerró
cuidadosamente la puerta y se sentó al lado de Albert.
-
Creo que tengo que empezar relatándoles lo que motivo todo esto.
Hace varios años que murieron los padres de William, quedando
desde ese momento él como cabeza de los Andley, pero el era muy
pequeño y los negocios se verían en grandes dificultades si los
asociados se enteraban que la cabeza de los Andley era un niño…
Sólo algunos miembros de la familia sabían la verdad, y decidimos
ocultar la verdad para el mundo entero… a alguien se le ocurrió la
idea de hacerlo pasar por un viejo en vez de un niño, y todos
aceptaron.
La tía Elroy
guardo silencio como si recordara esos días en que todo había sido
decidido. Anthony, Stear y Archie escuchaban con mucho interés las
palabras de su tía, el gran misterio que había envuelto al tío
Abuelo William estaba siendo esclarecido.
-
Para tal efecto, William tenía que ser ocultado de la vista de
todos, así pues ha tenido que soportar la soledad… - la tía Elroy
no soporto seguir hablando y derramo unas lágrimas.
Todos en la
biblioteca miraban asombrados la fragilidad que parecía tener la
anciana mujer que se dirigía a ellos. Tomo unos minutos y
continuó.
-
Ahora, pues he recapacitado… William no tiene más porque vivir
solo y escondido añorando tener contacto con ustedes que son tan
buenos chicos. – cuando dijo eso volvió a sollozar y se recargo en
el hombro de Albert.
-
Entonces es cierto, él es nuestro tío. – dijo Stear quien miraba
inquisitivamente a Albert – pero ¿Por qué esta vestido así y
viviendo como un vagabundo?
Albert empezó
a reírse, miró sus ropas y comprendió porque lo miraban de esa
forma… con cuidado se quito la abundante barba que usaba ante la
sorpresa de todos… la barba era postiza.
-
Perdón si los engañe con mi disfraz… pero es que era necesario
para que no me reconocieran… - entonces soltó una carcajada – creo
que no funcionó bien…
La tía Elroy
tosió un poco y los hizo guardar silencio. Entonces volvió a poner
su expresión seria.
-
Bueno niños… ahora quiero que me prometan algo.
-
¿Qué quiere de nosotros? – preguntó Anthony.
-
Quiero que me prometan que no dirán a nadie sobre William, esa fue
la condición que le di a Candy para revelarles la identidad de su
tío. – mencionó con voz un tanto lúgubre.
-
¿Qué es lo que quiere decirnos? ¿Qué vamos a fingir que el tío
William no existe? – preguntó extrañado Archie.
-
Yo todavía no sé bien como debemos ocultarlo, hasta que William
esté en posibilidades de asumir el papel públicamente. – dijo la
tía Elroy muy triste.
-
Tía Elroy – dijo Candy quien no había intervenido durante toda la
reunión - ¿Qué piensa de empezar a llamarlo de otra forma que no
sea Tío William? Quiero decir que si alguien nos escucha sabrán de
inmediato de quien se trata.
Al decir eso
los ojos de Albert brillaron, pero no eran lo únicos, los ojos de
Anthony también lo hacían, parecía que se estaba fraguando un
nuevo secreto dentro de la familia Andley.
-
Tía lo que Candy quiere decir es que en vez de llamarme William,
porque no me llaman simplemente “Albert” – dijo con un dejo de
animación en su voz.
-
Y podríamos decir que es un primo que vino de lejos… nadie va a
creer que estamos mintiendo – sugirió Anthony.
-
Por otro lado podemos dejar de tener visitas, a mi no me
importaría – comentó Stear.
La tía Elroy
los miraba sorprendida, nunca había imaginado lo rápido que podían
sus queridos sobrinos fabricarse una historia semejante a la que
ella misma había hecho años atrás.
-
Pero no entiendo quien se creerá semejante mentira – mencionó la
tía Elroy.
-
Tía si nos hemos creído que el tío William era un viejo decrepito,
¿Por qué no engañar a los demás? Elisa y Neal se lo creerán ya
verá tía – dijo Archie quien sonreía.
La tía Elroy
se quedó mirando a los muchachos, todos y cada uno de ellos la
miraba implorante, para que aceptara la nueva situación y al mismo
tiempo seguir protegiendo la identidad que habían guardado por
tantos años.
-
Bien chicos, creo que tienen razón, me parecen bien sus
sugerencias desde el día de hoy, William será su primo Albert de
Escocia. Que viene a vivir con nosotros.
-
Sí – gritaron todos.
De esa manera
parecía que la familia Andley selló el pacto de un nuevo secreto,
la tía Elroy parecía un poco preocupada pero la mirada llena de
luz en los ojos de Albert le decían que estaba haciendo lo
correcto.
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