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Una entrevista desde el Valhalla

Por Lily Flor
Ojos azules, como el mar al atardecer… mirada cristalina como el agua corriendo a los brazos de ese zarco que le espera. El brillo intenso de un dorado casi oro se refleja en esa agua. Mientras el viento
Atrevido le acaricia suavemente…
Su sonrisa gravemente lo envuelve todo, mientras que mi corazón impaciente se apremia al sonido de sus pasos.
Sé que el esta allí, muy cerca de mí, casi puedo oír su respiración. Y si tan solo pudiera evitar el precipitado latir de mi corazón podría  jurar que casi puedo escuchar el suyo.

-          ¿Estás lista? – me pregunta. Su voz resuena deliriosamente en mis oídos, y no logro siquiera articular un hola apropiado. Mis manos seguramente serán las que le delaten los nervios perpetuos que me agobian, los que a él le causaran gracia y le resultaran tan inútiles como esta cita.
 
Camino lentamente sin voltear a verlo, si mis manos aun no me delatan seguramente mis ojos lo harán al instante. El me sigue sin decirme nada, aunque sé que se está sonriendo. Disfruta triunfante de este momento. Mientras yo me trastorno por dentro.
 
-          ¡Hey! ¿Estás bien? – su voz suena risueña
-          Claro que sí, es solo que, tengo frió – miento inútilmente, de hecho esta mañana ha sido sorprendente mente calurosa para ser finales de septiembre.
-          ¿Estás nerviosa?- Me insiste, obviamente no logro engáñale.
-          Claro que no Anthony, ¿porque abría de estarlo? – le niego mientras bateo coquetamente mis pestañas. El nota mi vieja maniobra y se acerca para acariciar mi cabello. Cierro mis ojos por instinto, mientras mis dos compañeros latentes insisten en delatar mi euforia. En un momento de emoción tomo su mano y la estrecho contra mi rostro, mientras mil sueños congelados se iluminan frente a mí. Me compongo rápidamente y continúo caminando hasta encontrar sombra bajo un árbol.
-          ¿Estás segura que era necesario todo esto? Estoy seguro que en la sala pudimos haber conversado tranquilamente.  – me dice casualmente mientras camina descuidado  admirando todo el  jardín.
-          Claro que era necesario Anthony, las chicas seguramente se hubieran entrometido
-          No creo que lo hicieran
-          Bueno, yo creo que si, además quería pasear un rato aquí afuera, ¿te molesta acaso?
-          No, Lily cómo crees que me molesta, para nada, es solo que pienso que no era necesario, así como creo que estas nerviosa, y no sé porque.
-          Ya te dije que no estoy nerviosa- Me sonrió y ahora soy yo quien se adelanta. Me detengo frente a un rosal que aun guarda algunas rosas las cuales sin duda no duraran hasta el fin del día.
-          Pronto llegara el otoño, ¿te gusta esa época no es así? _ me pregunta
-          ¿A ti también te gusta no?
-          No
-          ¿Porque no?
-           Todo muere en el otoño
-          Pero Anthony, siempre has dicho que…
-          Es verdad, pero los últimos días del verano cuando veo morir las rosas siento como si algo de mí muriera junto con ellas.
-          Te entiendo, pero de todas formas, pienso que el otoño también guarda su belleza, mira el color que adquieren las hojas, el follaje es un paisaje perfecto, como sacado de un cuento.
-          Lily, Lily, tu logras ver la belleza en todo…
-          No en todo,
-          Bueno, casi todo… ¿en fin, de que se trata todo esto?
-          Pues – titubeo un momento, no sé cómo  responderá a mi petición. Ya te lo dije, los lectores de Sueños quieren saber más de ti…
-      ¿Cómo que cosas quisieran saber?
-          Pues cosas, es decir tus gustos, tus sueños, metas etc.
-          Y… ¿todo eso se supone que les es interesante?
-          Claro Anthony, es decir, ellos no te conoces como te conocemos nosotras.
-          Bueno, ¿qué es lo que quieren saber?
-          Pues, que tal si yo te hago algunas preguntas y tu las contestas con lo primero que venga a tu mente
-          Ok, empieza.
       
Nos detenemos frente a una de las bancas que bordea el lago y nos sentamos. Mientras voy sacando de mi cartera las preguntas que con anterioridad había preparado para él.
El se mira impaciente y comienzo a sospechar que preferiría estar haciendo cualquier otra cosa.
 
-       Bueno, empecemos entonces; ¿Estas listo?
-       claro - se cruza de brazos y me mira serio.
-          Titubeo un poco antes de empezar porque se que el talvez se sienta incomodo pero igual le pregunto ¿Amas la naturaleza en general o solo te gusta cultivar las rosas?
-          Amo a la naturaleza en general, todo lo que nos rodea, los pájaros, las plantas el agua, todo tiene vida propia.
-          Cuéntanos sobre tu gusto por las rosas, y cómo fue que empezaste a cultivarlas. – me quedo en silencio esperando, se que a el no le agrada hablar de estas cosas.
-          Mi madre cultivaba las rosas desde muy chica, siempre admire como se esforzaba en protegerlas y hablarles con cariño. Después que se fue yo empecé también a dedicarme a cuidarlas, sentía como si al cuidar de ellas, cuidaba también a mi madre de alguna forma. Así que por eso las rosas son muy especiales para mí. - Su mirada cambia súbitamente y lo siento distante.
-          ¿Hay alguna que te guste más que otras? Le pregunto mientras finjo no enterarme de su cambio.
-          Todas las rosas tienen una hermosura singular, y ninguna es igual a otra, no importa su color o su tamaño, pero por alguna razón, las rosas blancas tienen un encanto que las hace especiales.
-          ¿Se podría decir que es tu favorita entonces?
-          Si, se podría – se sonríe mientras se quita el saco. Al parecer los rayos del sol están haciendo su cálido efecto en los dos.
-          ¿Entonces tu color favorito es el blanco?
-          No, bueno, es un color brillante con muchos matices pero a mí en particular me gusta el color azul.
-          ¿Todos los tonos de azul, o un azul en particular?
-          Me gustan los tonos suaves, como el azul cielo cuando está despejado, o el índigo del mar en las mañanas. De cualquier forma el color del agua es solo un reflejo del mismo cielo.
-          Tienes razón, el cielo tiene un color muy hermoso en las mañanas, y, se parece mucho al azul de tus ojos – le digo y me arrepiento de inmediato mientras simulo buscar algo entre mis notas. Él lo nota pero no dice nada.
-          Los lectores quisieran saber, si te gusta algún deporte en particular.
-          Sí, claro me gusta mucho el fútbol pero el de verdad,  el fútbol soccer, y no ese otro deporte que apenas y tocan con el pie. – se ríe burlonamente. En esos pocos instantes hasta tiene un aire de un chico malo, pero cambia nuevamente a su habitual dulzura.
-          ¿Hay algún equipo al que le vayas?
-          ¡Sí! Le voy al Manchester United por supuesto. Aunque han tenido una mala racha en algún tiempo, pero sé que se repondrán.
-          Eres muy optimista – admiro como se le iluminan los ojos al emocionarse por el deporte. Sin duda otra faceta más de él desconocida por muchas.
-          Claro, siempre optimista, de otra manera no se podría soñar.
-          Tienes razón, bueno, sigamos. Cuéntanos, ¿tienes alguna película favorita?
-          Pues la verdad disfruto mucho mas de la  lectura que del cine, pero pues si hay algunas que me han gustado.
-          ¿Cómo cuales? Y no me digas que también te gusta, Scarf Face o El Padrino como a todos. – se queda pensando y me mira sonriente.
-          ¿Porque no? Las he visto y disfrutado en su momento. Pero no, para que estés tranquila,  no, no son mis predilectas. Me gusta, Casablanca, Pulp Fiction, El pianista, Goodfellas, Old School, bueno entre otras.
-          Vaya te gusta las películas de Gángster después de todo. – me rio –
-          ¿Pues qué esperabas? Que me gustara, Ghost, My Best Friend Wedding y todo eso.
-          Pues no, viéndolo bien no, son películas muy rosa, así que supongo que no.
-          Bueno, también me gustan las comedias románticas, es solo que bueno, no las prefiero.
-          Entiendo, y bueno, me dices que prefieres la lectura.
-          Así es
-          Me cuentas que autor en especial te gusta, o cuáles son los libros que más te han impactado.
-          Bueno pues me gusta mucho Charles Dickens, a pesar que no es un autor contemporáneo, siempre disfruto mucho de sus lecturas. Como Great Expectations y Tale of two city's, son geniales en serio. Aunque también me gusta mucho el autor Edgar Allan Poe,  sus escritos son en verdad interesantes.
-          Seguro, de Dickens si he leído pero de Edgar Allan la verdad solo cuando estaba en la escuela.
-          Estoy seguro que te gustaría mucho si lo lees nuevamente, sus poemas son una mezcla de romance y misterio muy fascinantes en verdad.
-           Tendré que leerlo nuevamente.
-          Claro puedo recomendarte algunas buenas recopilaciones si lo deseas.
-          Me encantaría – le digo – mientras sonrió tontamente.
-          ¿Cuál es tu comida favorita?
-          Pues no se – se queda pensando -  Me gusta toda clase de comida, bueno, no me gusta el pescado, excepto por la langosta y los camarones, y no me gusta la zanahoria.
-          ¡Ah! En verdad es cierto entonces.
-          Si, es cierto.  ¿Cuánto más tienes entre tus notas?
-          ¿Ya te aburriste?
-          No, no es eso, solo preguntaba.
-          Si, ya casi termino. Haber que queda. – busco mas entre mis notas y veo escrita una pregunta que quería hacerle pero no me atrevo. Así que la dejo para después.
-          ¿Tienes alguna adicción?
-          No
-          ¿Seguro?
-          Bueno, soy adicto al amor. – me dice mientras se le dibuja una seductora sonrisa en los labios.
-          Oh, al amor… bueno, creo que, todos lo somos ¿No es así? Ah... bueno, dime, haber que sigue... si dime ¿te gustan los postres?
-          ¡Me encantan los postres!
-          ¿Cómo cuales? Digamos, si tuvieras que escoger entre… la gelatina y el cheescake, cual escogerías.
-          Pues el cheescake por supuesto.
-          Vaya, el cheescake, y ¿porque?
-          Pues no sé, la gelatina es muy simple, en cambio el cheescake es sumamente exquisito.
-          Entonces si tuvieras que compararte a ti, a un cheescake o una gelatina, ¿escogerías el cheescake?
-          Exacto, soy un hombre de muchas capas. – me dice con orgullo. Se para y se recuesta contra un árbol y continua sonriendo.
-          ¿Algo más? ¿Lily Flor?
-          Hablando del amor – tomo valor y me decido a preguntarle lo que quería. El me escucha atento y me interrumpe.
-          ¿Hablábamos del amor? Pensé que hablábamos de cheescake. – Se ríe sonoramente, mientras yo me sonrojo. Pero igual le pregunto.
-          ¿Existe alguna chica que sea dueña de tu corazón en estos momentos? – el me mira interesado.
-          Si 
-          Ah... ¿sí? ¿Puedo saber, quien es? – En verdad estoy intrigada.
-          No
-          No se vale Anthony, ¡tienes que contarme! – le reprocho. Pero el no me dice nada, solo empieza a caminar de regreso al castillo.
-          Aunque me pongas esa cara no te diré Lily.
-          Pues no es justo – le digo mientras lo alcanzo.
-          No todo en la vida lo es.
-          Bueno, entonces dime una última cosa.
-          ¿Qué?
-          Si tuvieras que escoger entre una chica que se considera como la gelatina y otra como el cheescake, ¿a cuál elegirías?
-          Es una pregunta con truco ¿no?
-          Claro que no. – me mira inseguro –
-          ¡Te juro que no!
-          No me jures en vano…
-          Vamos Anthony…
-          Ok, cheescake
-          ¿En serio?
-          Si
-          Bueno, pues, hemos terminado.
-          ¿No es así?
-          Si
-          ¿Puedo preguntarte yo algo?
-          Claro – se detiene mientras me mira a los ojos.
-          ¿Tu como que postre te consideras, como la gelatina, o como el cheescake?
 
Me  quedo callada y le devuelvo la mirada por unos segundos. Admiro el azul intenso que han adquirido sus ojos. Estamos tan cerca que pudiera si quisiera…
Pero no… me doy la vuelta y disimulo haberme olvidado de todo.

-          Sabes una cosa, los lectores querrán saber si quieres enviarles algún mensaje.
-          Pero no me has respondido aun.
-          Antes dime si te gustaría enviarles un mensaje a las lectoras.
-          Pues, solo que gracias por seguir interesadas en mi y que les mando un fuerte abrazo y un beso.
-          ¿Solo eso?
-          Si, ahora te toca a ti.
-          Como la gelatina – le digo mientras entramos juntos al castillo.
-          No es cierto.
-          Gracias Anthony, es todo por ahora. Tengo que ir a editar esto y te veo luego ok.
-          El me toma por el brazo y me voltea sutilmente.
-          Espera Lily, no puedes considerarte como la gelatina, eres todo menos simple.
-          La gelatina puede ser complicada también si se lo propone.
-          ¿Tú crees?
-          Estoy segura – le digo y me acerco lentamente para darle un beso en su mejilla. El me mira simplemente confundido. Pero me suelta el brazo, y en silencio cada uno vuelve a hacer su día igual que siempre.

Las tardes en el Valhala son en verdad hermosas. El cielo se pone de un  suave carmín mientras lentamente la luna hace su entrada triunfal.

En el jardín, los últimos pétalos de una rosa seguro se han caído y no volverán a renacer hasta la primavera. Y en alguna habitación de este enorme castillo el corazón de un joven con cabellos de oro y mirada de cielo, muere un poco nuevamente. Podría jurar que escucho sus latidos otra vez, pero estoy en un error, son mis propios latidos los que escucho. Sístole y diástole como siempre me acompañan cuando pienso en el.

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