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Un día de verano



Un día de Verano
por Perla Gutiérrez
 
 
 
Era un cálido día de verano en Lakewood. Anthony, Stear, Archie y Candy se encontraban junto al lago.
 
-¿Esto si funciona?- preguntó Anthony con una mezcla de incredulidad y terror en el rostro.
- ¡Claro que debe funcionar! No pongas esa cara- contestó Candy divertida tratando de animarlo.
-Jeje- rió Archie, sin poder ocultar la felicidad que le producía no ser parte de los experimentos de Stear- vamos Anthony, no ibas a dejar que Candy volviera a ser el conejillo de indias de mi hermano.
-Pues no- contestó el aludido, pero cuando dije que no experimentaran con ella, quise decir también que sus inventos no debían ser probados en humanos.
-¿Qué quieres decir primo? ¿Acaso desconfías de mí?- intervino Stear con una seriedad hasta entonces desconocida en su voz.
-Pues, tanto como desconfiar… no es que quiera decir desconfiar, pero, es más bien como… no miedo… es... precaución- dijo con una sonrisa nerviosa.
-No seas injusto, mira que los últimos zapatos los probé yo- volvió a decir Candy- sólo espero que tu camisa sea a prueba de agua, no como las que usa Archie.
-¡Ahora caigo, Archie!- exclamó Anthony- ¡Usas esas camisas como pretexto para evadir a Stear.
-Shhhhhhhhh, calla primo- dijo Archie tapándole la boca- jeje, no puedes creer eso Stear, sólo lo dice para zafarse de ti.
-Algo me dice que no aprecian mi creatividad, pero, en fin, ahora no vamos a discutir con eso. ¿Ya estás listo, Anthony?
-Sí- suspiró resignado-¿cómo me dijiste que funciona ese monstruo?
-No seas grosero, no es un monstruo. Es el flotador especial de Stear, con propulsión hidrodinámica de pedal, con forma de tortuga. Lo que debes hacer, es montarte en el caparazón, de esta forma vas a activar los pedales laterales, y el resto se hace solo. Para un cambio de dirección, basta con que muevas la cabeza de la tortuga a un lado, y en la parte trasera tienes un compartimiento para llevar víveres, o cualquier otra cosa. He pensado en hacer uno para cada uno de nosotros, y podemos ir de picnic a otro lado, ¿qué dicen, eh?
-Bueno, si parece bien la idea ,pero, ¿cómo le hará para no caerse de lado?- preguntó Candy.
-Ah, eso es muy importante, mira, de aquí atrás sale un respaldo… ya está; y con esta correa te puedes atar para no caerte: tiene un seguro especial, mira, hasta he pensado en llamarlo “cinturón de seguridad”.
-Mira, ese nombre tal vez si podría funcionar- dijo Archie- espero que el invento también funcione, jeje.
 
Pusieron la tortura, digo, la tortuga, en el agua, y Anthony subió a ella. Elevaron el respaldo y Anthony se ató a él con el cinturón. La primera parte del paseo resultaba muy bien, pero era un invento de Stear, lo que hacía que Archie y Candy se abstuvieran de emitir cualquier tipo de veredicto hasta el momento.
 
Llegó Anthony a mitad del lago, y entonces decidió regresar. Giró la cabeza de la tortuga hacia su lado derecho… y entonces sucedió… la tortuga si giraba a la derecha, pero no era como cualquier timón ordinario, que al regresar a su posición continuaba en línea recta. Lo que ocurría era que la nave regresaba a la dirección inicial.
 
-¡¡Stear, esto no gira a la derecha!!- gritó Anthony.
-¡¿Qué?! ¡¡gíralo entonces a la izquierda!!
-¡¡Nada… me da el mismo efecto!! ¡¡No me da vuelta, sólo voltea a un lado y vuelve a la posición anterior!!
-¡¡Anthony -dudó un momento antes de continuar- vas a tener que bajarte!!
-Ya decía yo-pensó Anthony para sí, y trató de desajustar su cinturón, y trató… y trató… y siguió tratando…- ¡¡Eh, Stear, esto no me suelta!!
-¿Ah no?- rió nerviosamente- ¡¡Me quieres tomar el pelo, ¿es eso?!!
-¡¡Te juro que no, esto no se suelta!!
-Valiente la has hecho ahora- dijo Archie.
-¿Qué hacemos?- añadió Candy.
-¡Tengo una idea!- exclamó Archie- Stear, ¿traes una cuerda?
-Eh, si, la traigo en… oh no, la puse en el compartimento de la tortuga para mostrarle a Anthony que se podían guardar cosas.
-Mira que mal, con la cuerda podríamos lazar desde aquí a Anthony y rescatarlo.
 
Anthony escuchó eso, y se le ocurrió tomar la cuerda y lazar a uno de los chicos en la orilla, al fin que Tom le había enseñado como hacerlo. Claro que al tomar la cuerda, vio el siguiente problema: los demás estaban a sus espaldas, y así no podía lazar.
 
Pasaron varios minutos, y todos se estaban impacientando, entonces Candy sugirió:
 
-¿Y si pedalea hacia atrás?
-¡Sí!- gritó sin pensar Archie- ¡¡Anthony, pedalea hacia atrás para que regreses!!
-¡¡Noooo!!- exclamó Stear, pero ya Anthony había comenzado con su tarea- el mecanismo interior de la tortuga introduce un poco de agua y la expulsa al momento de avanzar al frente, pero… no estoy seguro que lo haga de reversa.
-¿Qué quieres decir?- preguntaron al unísono Archie y Candy.
-Eso- dijo completamente apenado Stear, mientras señalaba al lugar donde en esos momentos Anthony se hundía con todo y tortuga.
-¡¡Anthony!!- gritaron los tres. Él tomó una última bocanada de aire antes de desaparecer bajo el agua, pero salió a flote unos segundos después, y llegó nandando a la orilla.
-¡Oh, Anthony! Gracias a Dios que estás bien, me asusté mucho- le dijo Candy abrazándolo.
-Pero, ¿cómo saliste?- preguntó Archie asombrado.
-Sí, bueno, al momento de hundirme se me ocurrió deslizar el respaldo hacia abajo, no me libré del cinturón, pero sí del artefacto de Stear.
-No de todo- constestó el aludido recobrando su aire optimista- mira que este cinturón es seguro ¡no se desabrocha con nada!
-¡Pero que dices hermano! ¡Eso es peligroso! Mira que Anthony pudo acabar al fondo del lago.
-Pero gracias a Dios no fue así- dijo Anthony tranquilo- y bueno, primo, tus otros objetos te mandan saludos desde el fondo.
Todos rieron con ganas durante bastante rato.
-Por cierto, Candy- dijo Archie- de nada sirvió librarte de Stear, si de todas formas acabaste empapada.
-¿Yo?- y entonces se percató que Anthony al abrazarla la había mojado, pues venía recién salido del lago- jajaja, es cierto.
Y siguieron riendo durante el camino a casa. Por supuesto que debieron entrar por la puerta trasera, y subir por la escalera de servicio, para no ser descubiertos por la tía, pero ese día quedaría para siempre en sus memorias.

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