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Un cumpleaños más

Por Alejandra Maraveles
 
El sol entró por la ventana alumbrando el rostro de un apuesto joven que dormía en la sencilla cama del apartamento. El sonido de un claxón terminó por despertarlo completamente.
 
- ¡Rayos! – dijo algo adormilado – Se me olvidó cerrar la cortina anoche.
 
La noche anterior había tenido que quedarse hasta muy tarde despierto en el trabajo... las cosas habían salido mal y se había tenido que quedar a corregir los errores de los demás. Se sentía muy agotado y no tenía ganas de levantarse.
 
- Mejor no me levanto – masculló para sí.
 
Se dio una vuelta en la cama y se tapó la cara con la cobija. No obstante un timbre lo hizo tener que levantarse.
 
- ¿Quién será? – preguntó de mala gana.
 
Con pasos lentos salió de la habitación y miró su bien acondicionado apartamento, que si no muy espacioso, era muy práctico para alguien que vivía solo. Se miró unos instantes en un espejo que estaba colgado en la pared cerca de la puerta. Se medio arreglo el cabello y finalmente llegó a la puerta donde el timbre no paraba de sonar. La abrió y una chica entró apresuradamente. Cargando unas bolsas, las cuales depositó en un sillón de la sala.
 
- ¿Todavía no estás listo? – preguntó la muchacha.
- Es evidente que no... – dijo enfadado.
- Anthony...
- Mira Ale, ayer tuve que trabajar hasta muy tarde... me siento muy cansado, no voy a ir a la oficina hoy.
- ¿Y quien dijo algo de ir a la Oficina?
- ¿Qué? ¿No es a lo que vienes?
- Claro que no – dijo ella
 
Se llevó los dedos de su mano derecha entre ceja y ceja y se apretó fuertemente en la parte del inicio de la nariz.
 
- Lo siento pero no entiendo y ya me esta dando dolor de cabeza.
- Ay, yo lo siento más – dijo Ale con cara apesadumbrada.
- Bueno... me voy a dormir...
- Mmm, creo que no puedo permitir eso... porque primero tengo algo para ti.
- ¿Algo para mi?
- Si – se dio media vuelta y se acercó a una de las bolsas – Toma...
 
Le mostró un paquete envuelto en un metálico papel de regalo.
 
- ¿Para mi? – preguntó Anthony enarcando las cejas.
- No, son para tu vecino – dijo sarcásticamente Ale – pues claro que es para ti.
- ¡Vaya! ¿y eso?
- Anthony me estas empezando a preocupar....
- ¿Por qué lo dices?
- Mmmm, creo que debí iniciar por aquí...
 
Ale carraspeó un poco y miró a Anthony
 
- Estas son las mañanitaaaaas que cantaba el rey Daviiiiid....
- ¿qué día es hoy? – le interrumpió Anthony.
- Anthony, hoy es 30 de septiembre, es sábado... ¿en que mundo vives?
- ¡Cielos! He estado muy estresado últimamente...
- Bueno, me permites darte tu abrazo...
- Seguro – dijo Anthony sonrojándose.
 
Ale abrazó a Anthony y él sonrió y después se sentó en un sillón.
 
- ¡¡Un año más!!
- Si... pero que esperas... abre el regalo...
 
Anthony miró a Ale y después comenzó a abrir el paquete, mientras que Ale miraba impaciente. Anthony removió el papel y al final sacó una caja de madera, y al abrirla sonrió ampliamente...
 
- ¿Cómo sabías?
- Te escuche el otro día cuando te quejabas de que tu cámara se había dañado en ese viaje... así que pues allí esta.
- Esta genial – dijo Anthony sacando una caja de una cámara digital, pero entonces al sacarla vio que abajo había algo más.
- ¿Te gusta?
- Wow, mira aquí están todos... – dijo sacando un pequeño marco con una foto- ve a Lily y a Luis... ohh allí esta Ema con ese corte de cabello que tan bien le quedaba.... jejej allí estás tu con ese gorro.
- Ayyy, no me recuerdes lo de ese estúpido gorro... jejeje, creo que fue mi peor error el comprarlo…
- Todos te lo dijimos...
- Mira allí esta Archie y Stear también.
- Esa fue la época en que todo el tiempo usaba bufandas....
- Si....
- Wow, que tiempos aquellos.
- Lo dices como su hubieran pasado décadas...
- Ay, a veces eso siento, desde que empecé a trabajar allí..
- Anthony la verdad no se porque quieres seguir trabajando allí.
 
Anthony miró a Ale con una sonrisa en el rostro.
 
- Ale, tu también trabajas allí.
- Si, pero yo porque no tengo otra opción…
- ¿Qué? ¿vas a empezar como todos a echarme en cara que soy parte de los Andley?
- No, jamás haría eso… pero tú tienes más oportunidades, las empresas de tu familia bien podrían aprovechar a alguien tan talentoso para los negocios como lo eres tú.
- Si, bueno, yo dije que quería independizarme y es lo que estoy haciendo…
- No Anthony, lo que estas haciendo es esclavizarte en el trabajo…
- Alguien tiene que hacer el trabajo…
- ¿es que no lo notas? Ese estúpido de James solo quiere hacerte la vida imposible… tiene envidia de ti, y siente miedo a que le puedas quitar su puesto… y hace lo posible para que quedes mal delante de todos y entonces poder echarte en cara lo que siempre te dice “que eres un junior sin necesidad de trabajar”
- Pues por eso mismo no le voy a dar el gusto.
 
Ale soltó un largo suspiro y miró a Anthony.
 
- Mejor dicho lo que va acabar pasando es que termines en un hospital por tanto trabajo.
- Ale mejor no hablemos de trabajo… ¿quieres?
- Si al cumpleañero lo que pida… - dijo tratando de esbozar una sonrisa
- Pues si…
 
Alguien tocó a la puerta Anthony detuvo la frase y se levantó de su asiento, se dirigió hacía la puerta y la abrió.
 
- Feliz Cumpleaños – gritó Lily al tiempo que se arrojaba hacía Anthony para darle un fuerte abrazo.
- A ver, quítate Lily, no acapares… - dijo Perla quien estaba detrás de ella.
- Hola chicas… - saludó muy contento Anthony.
- ¿Ya estas aquí? – preguntó asombrada Lily al ver a Ale sentada en la sala del apartamento.
- Si, a diferencia de otras yo si me levanto temprano…
- Pues para tu información si me levanté temprano, pero aquí la señorita Perla, tardó siglos en salir cuando fui a recogerla…
- ¿Y que piensas que esta hermosura se consigue gratis? – dijo Perla señalándose a ella misma.
- Muchas gracias por venir… esto no me lo esperaba…
- ¿Qué quieres decir? – preguntó muy extrañada Lily.
- Pues que es una gran sorpresa…
- Anthony… hace dos semanas quedamos en que nos íbamos a ver aquí…
- Si Tony… - dijo Perla al tiempo que tomaba asiento al lado de Ale – ¿Qué no lo recuerdas?
 
Anthony buscó la mirada de Ale.
 
- Así es Anthony, ¿crees que siempre cargo con tantas bolsas? Son cosas para la fiesta.
- Lo siento… en serio que lo olvidé por completo.
- Bueno no te preocupes… para eso estamos aquí… los demás van a llegar hasta la hora de la comida, así que tienes tiempo para irte a arreglar – dijo Lily muy sonriente – y pues para eso te va a servir mi regalo…
 
Muy emocionada le dio una bolsa de regalo bastante grande… Anthony tomó la bolsa y miró su contenido.
 
- ¡Vaya! La camisa que vimos el otro día en el mall, y unos dockers… muchas gracias Lily no debiste molestarte.
- Es algo informal, pero hoy nada es de etiqueta…
- Si, pero aún así también puedes usar mi regalo… - dijo Perla al tiempo que le pasaba un paquete a Anthony.
 
 
Anthony lo desenvolvió y dentro encontró un lujoso Movado platinado.
 
- ¡wow! Si, también es el que vimos el otro día en el mall, ustedes si que prestan atención a los detalles. Gracias Perlita – le dijo mientras le daba un sonoro beso en la mejilla.
- Ay de nada lindo… ¡sabia que te encantaría! Pues vez ahora ya puedes saber que hora es en Inglaterra y que hora es aquí al mismo tiempo.
- Para que querría saber Anthony que horas son en Inglaterra – preguntó Lily con cara de asombro.
- Pues no se… para saber no mas… ¡Ay Lily!
- Bueno pues ¡que esperamos! – dijo Ale interrumpiéndolas. - Anthony vamos, ve a arreglarte, cuando salgas ya tendremos todo listo.
 
Anthony obedeció de inmediato. Estaba aun perturbado y confundido. ¿Como era posible que no se hubiera acordado de su propio cumpleaños? Entró a su remara y sacó todas las cosas que las chicas le obsequiaron y lo acondiciono en la cama. Tomó su bata y entró al baño.
 
Al encender la regadera y dejar que el agua tibia bañara su cuerpo, Anthony empezó a sentir como si todo el estrés acumulado estuviera desvaneciendo. Y es que en verdad se esforzaba talvez demasiado en ese trabajo. ¿Valdría la pena acaso todo ese esfuerzo? ¿Todas las horas de desvelo? ¿Todo el día encerrado? Lo dudo por un momento, pero al recordar que su otra opción era trabajar para las empresas familiares lo descartó por completo.
 
“Así es mejor, no le debo cuentas a nadie y hago de mi vida lo que quiero” pensó.
¿Pero en verdad era eso lo que quería de su vida?
 
Anthony terminó pronto de vestirse y al mirarse al espejo lamento no haber dormido bien en los últimos días, las ojeras comenzaban a parecer ya parte de su cara, sin embargo se dijo para si mismo que no iba a dejar que una pequeñez como esa impidiera que disfrutara de la fiesta que le estaban preparando.
 
Cuando salió se sorprendió bastante, globos plateados y negros adornaban gran parte de la sala, incluso en el balcón habían colocado algunos, unos vasos plateados estaban acomodados en la mesa, junto con bandejas de pequeños bocadillos.
 
- El asado ya casi esta – informó Perla desde la cocina.
- Genial – dijo Ale que acomodaba unas servilletas negras de forma artesanal.
- Anthony ¿cómo ves todo? – le preguntó Lily.
- Todo se ve espectacular…
- Solo estamos esperando a que llegue Archie, el dijo que traería los vinos – dijo Ale mirando desde lejos su acomodo.
- Luis dijo que también vendría.
- Ema, llamó hace unos minutos, su vuelo acaba de llegar…
- ¿Y se va a venir sola?
- Claro que no, Stear y Patty iban a ir por ella…
 
Ale se acercó a la consola donde Anthony tenía los cd’s
 
- Anthony, ¿dónde dejaste el CD que te grabé?
- ¿Cuál? ¿el que ponemos en todas las fiestas?
- Esta súper, me encanta ese CD… - dijo Lily.
 
Unos minutos después llegaron Archie y Luis cargados de refrescos y botellas de vino. Y en menos de una hora, la gente comenzó a llegar, y Anthony recibía a todos con una amplia sonrisa.
 
Cuando estaban sirviendo la comida, el teléfono comenzó a sonar. Anthony se acercó a donde estaba el aparato y contestó la llamada. Al tiempo que todos bajaban la voz.
 
- ¡Aló!... No, perdón no escuche el teléfono, había música y no escuchaba… si James lo entiendo, pero ayer me quede hasta tarde y lo solucione… no, no le dije a Byne que lo hiciera…
 
Ale se levantó de su lugar y comenzó a hacerle señas a Anthony para que colgara el teléfono, pero Anthony solo movió la cabeza de un lado a otro.
 
- Si, si quieres que vaya, allí estaré… - y finalmente colgó el teléfono.
- ¿Qué paso?
- Que tuvo un problema con el reporte que le deje ayer, al parecer Byne movió unos datos y la información se descuadro.
- Eso es absurdo Anthony.
- ¿No me digas que vas a ir? – señaló enojada Lily
- Oye primo, esto no esta bien, es tu cumpleaños… no puedes dejarnos colgados.
- Si man, todavía cuando es algo diferente lo entendemos…
- Si, como la semana pasada – comentó Perla
- O como en la fiesta en casa de Lily…
- O la salida a comer del domingo pasado… - mencionó Ale…
- Todo eso se entiende pero hoy es tu cumpleaños – dijo Ema quien había llegado justo cuando estaban sirviendo la comida.
- Lo siento chicos, tengo que ir… no tardo…
- Si te vas yo voy contigo… - apuntó Ale
- Yo también – dijo Lily…
- Yo me quedo para atender a la gente, pero procura no tardarte mucho… para que esto continúe – observó Archie.
- Yo me quedó para servir la comida. –dijo Perla
- Pues yo no vine desde tan lejos para no estar contigo, así que yo también te acompaño – señaló Ema.
- Ok. Entonces voy por unas cosas a la habitación y nos vamos.
 
Todos parecían enojados.
 
- No puedo creerlo, ese estúpido del James, me tiene hasta la coronilla con sus cosas.
- Pero no entiendo Ale ¿tu también trabajas allí no?
- Si Ema, pero el problema no es el lugar, sino ese estúpido que tiene Anthony por jefe.
 
Los cuatro subieron al carro de Anthony y se dirigieron al edificio de oficinas donde trabajaban Anthony y Ale, allí el portero de guardia los saludó y se dirigieron a través de los pasillos hasta la oficina de Anthony.
 
- Si quieren para no molestarte te esperamos en mi Oficina, cualquier cosa no dudes en pedirnos.
 
Las tres chicas salieron de la oficina de Anthony y entraron a la de Ale.
 
- Pues esto se ve muy bien – dijo Ema – el lugar se ve espacioso y bonito.
- Estoy preocupada, creo que ese James lo que quiere es hacer que Anthony truene…-comentó Ale.
- Ya me habías platicado de eso – me dijo Lily
- ¿Y ahora dudas de lo que te decía? – inquirió Ale .
- No, eso de llamarlo en sábado y en día de su cumpleaños… - mencionó con tristeza Lily
- Anthony esta mega estresado, ni siquiera recordaba que día era hoy… - dijo Ale
- ¡Pobrecito! No podemos dejar que se quede aquí… - señaló Lily
- Archie estaba furioso – dijo Ema.
- No es para menos, desde que entró a trabajar aquí, apenas y lo vemos… - comentó Lily – se la para cancelando una y otra vez, y cuando no lo hace llega cuando todo esta terminando…
- Y lo peor de todo es que cuando tiene tiempo libre, se la pasa dormido. – dijo Ale.
- ¿Pero porque? – preguntó Ema
- Porque como casi no duerme, tiene que reponer esas horas. –observó Ale
- Si, es raro verlo, en serio que si, y se le ve agobiado y muy cansado todo el tiempo. O mejor dicho las raras ocasiones en que lo vemos –añadió Lily
- No puede ser verdad…. – observó espantada Ema.
- Si Ema, mejor créelo. – dijo Lily
- Y yo bueno jamás pensé que iba a ser así, cuando yo entré aquí y supe de esa vacante se lo mencioné porque sabía que quería independizarse de los Andley. Y los primeros días no hubo mucho problema, pero luego su jefe se enteró de que era parte de los Andley y comenzó a portarse muy mal con él.
- ¡Cielos! Todo eso que cuentan es horrible. –exclamó Ema
- Si, pero en fin… solo nos queda esperar a que ahora no se vaya a quedar hasta medianoche aquí.
 
Pasaron unos minutos cuando comenzaron a escuchar gritos que provenían de la oficina de Anthony. Las tres se miraron y corrieron a ver de que se trataba. James su jefe un hombre de no más de cuarenta años le gritaba a Anthony.
 
- Solo puedo notar tu ineptitud – gritaba el hombre
- Esto se lo deje perfectamente bien, ¿de donde saca que yo le moví esos datos cuando apenas hace unas horas se lo deje bien sobre su escritorio? Y le ruego que no utilice ese tono de voz conmigo…
- ¿Qué? ¿Al junior no le gusta que le eleven la voz?
- No, ni que me llamen inepto… - espetó Anthony – desde que entre no he hecho otra cosa que esforzarme por dar lo mejor, he resuelto miles de problemas…
- ¿Y que esperas una medalla?
- No, pero le agradecería que al menos que no me llamara inepto… -dijo muy molesto Anthony
- Yo puedo decirle lo que me plazca…
- Esto es suficiente… ya no soporto más… aquí tiene su reporte… esta ya bien, trate de no moverle más – le dijo dándole un disco – pero hasta aquí… renuncio.
- No me sorprende – dijo de forma despectiva Mr. James. – Un malcriado que siempre tuvo lo que deseó no puede ser de otra forma…
- Usted esta equivocado – gritó Ale
- ¿Qué hace aquí señorita Maraveles? – espeto Mr. James.
- Vine a acompañar a Anthony, porque si no lo sabe, el día de hoy es su cumpleaños y estábamos celebrándole hasta que se le ocurrió llamarlo.
- Cuide sus palabras… - le amenazó Mr. James
- Pues no me importa… puede usted despedirme si eso desea, pero voy a decirle lo que pienso…
- No Ale – le aconsejó Anthony.
- Si, usted ya me tiene harta con sus cosas… debe saber que si Anthony no termina su trabajo a tiempo es porque tiene más trabajo del que debería, y eso se debe a que usted lo atiborra de pendientes cuando sabe que hay muchos aquí que no hacen nada…
- No es nadie para decirme esas cosas – gritó Mr. James.
- Y usted tampoco para asegurar que Anthony ha tenido una vida fácil – apuntó Ale.
- ¡Basta Ale! – exclamó Lily – este hombre no merece saber más de la vida de Anthony.
- No sabía que un junior tuviera un ejército de muchachas para defenderlo.
- Siga con sus comentarios y….
- Ya Ale – le interrumpió Anthony – mejor salgamos de aquí…
- Y recoja sus cosas antes de salir – le ordenó Mr. James…
- Descuide, eso haré – le respondió Anthony.
- Y en cuanto a usted… le aseguró que su jefe lo sabrá el lunes…
- Ya le dije que no me importa – le contestó Ale.
 
Mr. James dio media vuelta y se dirigió a su oficina, mientras Anthony tomaba una caja de archivo y guardaba todas sus cosas allí. Y se veía bastante enojado.
 
- No te enojes Anthony – le dijo Ema acercándose a él.
- ¿Quieres que te ayudemos a recoger tus cosas? – le preguntó tímidamente Lily
- Si esta bien – dijo Anthony aún enojado.
 
Ale fue y cerró su oficina y después fue a ayudar a las chicas. Finalmente todas las pertenencias de Anthony estuvieron en una caja de archivo y dejo las llaves pegadas a la puerta. Y se dirigió al elevador, todos entraron allí y llegaron al Lobby , donde el guardia los vio.
 
- Sr. Brown… ¿y eso que es?
- Mis cosas John, puedes verlas si quieres…
- ¿Pero porque lleva sus cosas allí?
- Acabo de renunciar – dijo apretando las mandíbulas.
- Pero eso no puede ser… - dijo el guardia muy apesadumbrado.
- Pues si… muchas gracias por todo… - le dijo Anthony – espero que nos podamos volver a ver.
 
Anthony le dio la mano al guardia y después salieron del edificio.
 
- Me siento como un tonto – dijo Anthony.
- No Anthony, no digas eso… ya verás que todo saldrá bien. – mencionó Ale.
- Si, bueno… solo una cosa, no le digan a los demás lo que ocurrió… esto arruinaría la fiesta…
- Ay Anthony…
- Por favor – suplicó Anthony
- Esta bien, lo prometemos.
 
Todos regresaron al apartamento de Anthony donde todos aguardaban su regreso. En cuanto Anthony entró todos gritaron y continuaron la fiesta. Ya un poco tarde, Anthony había salido al balcón. Y Ale lo siguió.
 
- Anthony, ¿te sientes bien?
- ¿Sabes? En parte me siento liberado, pero por otro lado siento que fracasé en mi intento de ser independiente…
- Anthony, te puedo asegurar que hay muchas otras empresas allá afuera… y muchas se pelearían por tenerte en su personal.
- Gracias Ale… - dijo sonriendo Anthony.
 
En eso Lily salió al balcón.
 
- Oye Anthony, allá adentro acaba de llegar un señor Wardell y pregunta por ti…
- ¡¡¿El señor Wardell?!! – exclamaron al unísono Ale y Anthony.
- Si – contestó Lily.
 
Anthony se adelantó y entró al apartamento donde un hombre de unos 50 años estaba esperándolo al lado de la puerta.
 
- Sr. Wardell ¿Qué hace usted aquí? –preguntó Anthony.
- Tenía que venir a verte – le dijo el hombre.
- ¡Cielos! Esto no me lo esperaba…
- Hay un lugar donde podamos platicar tranquilamente…
- Si, pase a mi estudio.
 
Anthony y el Sr. Wardell entraron a una pequeña habitación que le servía de estudio. Mientras que afuera las chicas se quedaron consternadas.
 
- Ale ¿Quién es el sr. Wardell? –preguntó Ema.
- Es el dueño de la empresa – dijo Ale.
 
Las chicas se miraron a los ojos y después miraron hacía la puerta que se acababa de cerrar.
 
Entretanto allí dentro el Sr. Wardell había empezado a hablar.
 
- Me quedé consternado cuando recibí la llamada de John diciéndome que habías sacado tus pertenencias de la oficina… así que llame a James inmediatamente y me informó que habías renunciado
- Si, yo se lo iba a comunicar el lunes…
- Me lo imagino, pero le pregunte a James la razón y comenzó a darme mil excusas y comprendí que eso no era razonable.
- Yo le puedo explicar…
- Anthony, aunque poco este por la empresa se lo que ocurre allí dentro y se que James no es precisamente el mejor jefe, antes de que entraras yo había tenido muchas quejas sobre su actitud… de ti solo he escuchado cosas buenas, uno de mis asesores dijo que tenías visión para los negocios… cosa que nunca he escuchado de James.
- Yo….
- Si Anthony, lamento informártelo pero no voy a dejar que renuncies. Tengo a mis asesores y eso tiene una razón, sería un tonto el tenerlos y no escucharlos. Así que te espero el próximo lunes en la oficina, habrá muchos cambios… y James…
- Por favor, no lo despida… él necesita el trabajo.
- Anthony. Ese hombre no ha hecho otra cosa que tratar de dañarte, ¿aun así lo defiendes?
- Es que… me pongo en sus zapatos…
- Por eso mismo, en fin, esto solo dice más bueno de ti… ya veremos que ocurre con él, mientras, pues te voy adelantando que la oferta que te tenemos es muy buena, con un ascenso de por medio… así que allí te espero, no te quito más tiempo se que es tu cumpleaños, así que mejor te dejo disfrutar de tu fiesta…
- Muchas gracias Señor Wardell.
- No tienes nada que agradecer… mientras ¡Feliz cumpleaños muchacho!
 
El Sr. Wardell abrazó a Anthony y salió del estudio. En cuanto lo vieron salir las muchachas entraron.
 
- ¿Qué ocurrió? – preguntó Ale - ¿Qué quería el Sr. Wardell?
- Vino a pedirme que me presente el lunes – dijo Anthony un tanto consternado.
- ¡Oh Dios! – exclamó Ema
- No… no es nada malo. De hecho creo que me va a ascender…
- Wow, Anthony eso es una buena noticia – dijo Lily entusiasmada.
- Si, creo que si – dijo finalmente Anthony con una amplia sonrisa en el rostro…
- Eso esta genial Anthony, pero creo que será mejor regresar a la fiesta…
- Si – dijo Anthony – creo que ahora si tengo mucho porque celebrar…
- Pues por ser día de tu cumpleaños… creo que no necesitas más – añadió Ema.
 
Todos salieron donde Anthony disfrutó enormemente la velada, y pensando que cuando uno se propone algo, lo consigue, pero entendió que no hay nada más importante que sus amigos y la gente a la que quería, los cuales estaban ese día a su lado lo que era más importante que cualquier trabajo que pudiera llegar…


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