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Rey 05


Capítulo 5: El verdadero Rey
 
El príncipe Terry estaba libre, gracias a aquella mujer que tanto le había amado. Susana había dado su vida por salvar la de él.  Terry al tenerla en sus brazos y ver como esos ojos azules se cerraban para no volver abrirse, sintió un profundo dolor en su corazón, no le amaba, pero sentía cariño por ella, la muerte de ella no sería en vano, así que el príncipe como pudo se apresuró a llegar a su reino.
 
Mientras tanto en las afueras, Candy estaba decidida a derrocar la reina en compañía de Niel.  El corazón de la joven sufría por el cruel presentimiento, pero sabía que tenía que ser fuerte y luchar por la libertad del Reino de la Rosa Blanca. En el rostro de la tímida Annie, se notaba la preocupación, pues despidió a su prima, su amiga, sin comprender el porque ella siendo una mujer tenía que tomar las armas, pero la preocupación era grande pues la compañía no era la mejor.
 
En su camino se toparon con el príncipe Terry.  Candy inmediatamente le detuvo.
 
-Mi lord, es acaso usted el Príncipe Terry del reino vecino, esposo de la Reina Elisa.
 
-Soy el Príncipe del reino vecino, pero no el esposo de esa arpía.  Y usted mi lady, ¿quién es?
 
-Mi nombre es Candy y en compañía de Niel, haremos todo lo posible por derrocar a la reina.
 
Con asombro contestó Terry- pero mi lady, es una locura, no sabe lo que dice, hay mil guardias custodiando el palacio, ¿por qué el interés de semejante empresa?
 
-El Reino de la Rosa Blanca, le fue arrebatado a lord Anthony Brown, el hijo del rey Edward, el mejor rey que ha tenido este pueblo y su hijo no iba a ser la excepción.  Además se nos ha informado que la ahora reina, tomó por las malas el trono y ahora tiene casi al borde de la miseria al reino y eso no es justo, no quiero que el reino que me vio nacer y crecer se convierta en uno de tantos reinos donde impera la injusticia.
 
-Le celebro enormemente su valentía, pero lo que usted pretende es un acto suicida, acompáñeme a mi palacio y le aseguro que mi reino le ayudará en su empresa.  Yo también tengo una deuda que cobrarle a la reina.  ¿Viene conmigo?
 
Sin pensarlo dos veces Candy aceptó la propuesta, pero Niel no estaba de acuerdo. Y sin más Candy partió con el príncipe Terry.  Niel se conformó con verles partir.
 
 
Mientras la batalla de Stear pudo terminar en el intento, cuando creyó que había burlado a los druidas, sintió que alguien le tocaba el hombro.  El hechicero del Reino de la Rosa Blanca palideció, aquella mirada que había sentido desde que partió por fin se manifestaba.
 
Aquel hombre que era como la sombra de Stear, era un enviado de Elisa, quien recibió la orden que en cuanto aquel mago obtuviera las hierbas, lo trajera inmediatamente a palacio y aunque Stear estaba en desacuerdo de seguir con las órdenes de su prima, se alegró de ver la cara de ese hombre, ya que verlo a él era mil veces mejor que enfrentarse con uno de los Druidas que no habrían dudado en acabar con él por haber entrado a su territorio. Lamentándose por no haber podido conseguir ayudar para recuperar el reino, y aún sin saber que su hermano había escapado del alcance de Eliza comenzó el retorno al castillo.
 
 
Entretanto en el palacio, la reina Elisa no tenia calma, todo se le estaba derrumbando, necesitaba el apoyo de alguien, así que sin perder más tiempo envió una paloma mensajera al reino de la rosa Carmín.
 
 
 
 En tanto estos acontecimientos se suscitaban, en un lugar muy lejano el auténtico rey  del Reino de la Rosa Blanca, se recuperaba con asombro de sus heridas, de la letal herida que le hiciera la reina Scarleth del reino de la Rosa Carmín.
 
Al cabo de una semana, el reino del príncipe Terry estaba listo y el Reino de la Rosa Carmín se encontraba en camino. Se disputaría la última batalla.
 
Anthony, se recuperaba en aquellas tierras que eran extrañas para él.
 
-¿Cómo te sientes? – preguntó una joven.
 
-Muy bien, gracias a sus cuidados.  Sabes no tenía ni la más mínima idea de que este pueblo existiera.
 
-Nos gusta vivir alejadas de los extraños, pero tampoco desamparamos el desvalido.
 
-Gracias a ustedes es que estoy vivo, llevaré en mi corazón a las hermosas Valkyrias que salvaron mi vida.
 
-Fue un placer para nosotras salvar al Rey de la Rosa Blanca.  Estamos seguras que llevarás por buen camino tu reino, sólo tú puedes hacerlo.
 
-Tengo que partir lo antes posible, siento que mi reino esta en peligro, además alguien me espera.
 
-¿Un amor?
 
-Sssi.  Un amor.
 
La joven sonrió pícaramente- vamos no te sonrojes, es normal que un chico como tú tenga a alguien que lo espera.  Pero no apresures el viaje, todo a su debido tiempo.
 
-Pero es que…
 
-Nada, descansa, todavía esta delicado.  Tienes que reunir todas tus energías el regreso no será fácil.  Mañana partirás y habrás de pelear la última batalla, nosotras estaremos contigo.
 
- Gracias no se que hubiese sido de mi, si no me hubiesen ayudado, estoy en deuda con ustedes.
 
- Ya no digas más y duerme- dijo la Valkiria
 
 
No muy lejos de ese lugar, Archie caminaba sacando fuerza de toda la debilidad que acusaba a su cuerpo, los malos tratos que le habían infringido durante su cautiverio estaban haciendo mella en él. Pero no podía darse por vencido, tenía que seguir, tenía que llegar al lugar donde Anthony estaba librando la batalla por el reino.
 
Al tercer día de camino vio un campamento, o mejor dicho, lo que quedaba del campamento, la mayoría de las casas de campaña estaban quemadas, se veían vestigios de lo que había sido una cruel batalla. Archie comenzó a ver todo aquello con la cara horrorizada, ¿pero que había pasado allí? No dejaba de preguntarse.
 
-         Archie – escuchó una voz detrás de él.
 
El muchacho volteó y miró a un joven caballero que cojeaba y se sostenía de una rama a modo de muleta.
 
-         Thomas – exclamó Archie - ¿Qué sucedió?
-         Nos atacaron éramos 1 por cada 100 del ejercito de la Rosa Carmín. La mayoría cayeron…
-         ¿Y el Rey?
-         Todos dicen que murió.
-         No, no puede ser cierto – dijo Archie quien sentía que las pocas fuerzas que le quedaban se le estaban yendo.
-         Su tío esta preso en el castillo, vi que lo hirieron pero aún estaba vivo.
 
Archie se sentó sobre la hierba…
 
-         ¿Dónde esta su cuerpo?
-         No lo se, el ejercito regreso para buscar cuerpos y malheridos, yo logré escapar de milagro… pero escuche que decían que el cuerpo del Rey no lo encontraban.
-         ¿Hay alguien más contigo?
-         Somos apenas una docena…
-         Diles que tomen lo que pueda sernos de utilidad y se haya rescatado del campamento… y que me sigan…
-         Tenemos algunos caballos…
-         ¿Hay más heridos?
-         Si, esta Sir John, que tiene un brazo lastimado…
-         Esta bien, recorreremos toda la zona hasta encontrar al Rey, si no lo hacemos al anochecer, tendremos que pedir ayuda en el reino vecino… se que no estamos lejos…
-         ¿Pero nos ayudará?
-         Dios quiera que así sea, porque tenemos un gran problema en el palacio, es por eso que estoy aquí.
-         ¿Qué quiere decir?
-         Es algo largo de contar así que por favor haga lo que le he dicho…
-         Si, en un momento.
 
Archie se sentía desanimado, sin embargo la noticia de que el cuerpo de Anthony no había sido encontrado le había dado una pequeña esperanza.
 
 
 
Entretanto ya muy cerca del palacio del Príncipe Terry, el muchacho avanzaba poco a poco junto con Candy quien iba preparada a morir por aquel a que tanto amaba.
 
En cuanto puso un pie dentro de su reino atravesarlo se había convertido en algo sencillo, todos reconocían al príncipe y le habían facilitado caballos, comida y alojamiento.
 
Candy sin embargo parecía estar en otro lado, su corazón estaba en un dolor constante, solo su querido Rey  habitaba en sus pensamientos. No sabía nada de él, pero ese presentimiento, ese cruel y vil presentimiento no la había abandonado.
 
Pronto llegaron al palacio, donde inmediatamente Terry comenzó a reunir el ejercito de su reino, tenía en mente solo una cosa, acabar con Elisa, hacerla pagar por lo que había hecho con él. Aunque Susana no había alcanzado a decirle la verdad, Neil se lo había comentado, Elisa lo había mantenido preso bajo la influencia de una poción.  Y ahora tendría que pagar por su ofensa y por su engaño. Tendría que pagar también por la muerte de aquella menuda chica que había sacrificado todo por él. De otra manera su alma no descansaría tranquila.
 
En menos de dos días, Terry había logrado reunir un ejército armado para derrocar a la falsa y pretenciosa reina que se había apoderado del reino de su querido amigo Anthony. Así que en ese momento emprendieron el camino rumbo al palacio del reino vecino.
 
 
 
Mientras tanto Stear había llegado al palacio, donde Elisa había descargado su furia contra él. Lo culpaba de que Terry hubiera huido, y lo había mandado encerrar en las mazmorras. No obstante Tom había dado indicaciones de que no tocaran ni a Stear ni a Patty, preparando él mismo el terreno para el mensaje que le había mandado el príncipe Terry.
 
Asimismo le había informado que no temiera más por la suerte de Archie porque había logrado escapar de Elisa, así que mucho más tranquilo Stear aguardaba el momento en que se levantaría contra su prima que había abusado de todos en el reino.
 
 
-         Es el momento – indicó una de las Valkyrias que cuidaba del Rey de la Rosa Blanca.
-         Estoy preparado para todo, tenemos que liberar a los que están en el palacio de la Rosa Carmín.
-         Esta bien – dijo la hermosa mujer – se hará como indiques
 
El Rey Anthony siendo escoltado por las mujeres en sus corceles blancos, inició el camino rumbo al reino de la Rosa Carmín.
 
Apenas llevaban unos kilómetros avanzados cuando se toparon con el disminuido ejército que ahora comandaba Archie.
 
-         Anthony – gritó de alegría Archie cuando vio a Anthony vivo y montando a caballo.
-         Archie ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el Palacio.
-         Han pasado muchas cosas… tenemos que ir inmediatamente para allá.
-         ¿Qué quieres decir?
-         Elisa se ha apoderado de todo, si no partimos de inmediato lo lamentaremos.
-         Pero ¿y los que están en el castillo de la rosa Carmín?
-         Su majestad – intervino una de las Valkyrias – yo iré junto a tres de sus hombres a rescatarlos.
-         Pero puede ser algo peligroso.
-         Somos guerreras, no le tememos a la muerte y siempre salimos victoriosas de nuestras encomiendas.
-         Confió en ti  - dijo Anthony – la vida de mis hombres esta en tus manos.
-         Ninguna se perderá.
 
Y diciendo esto, la escolta y los hombres que habían sobrevivido al ataque se había separado tomando cada uno de ellos una dirección diferente. Cada grupo con una misión en mente, y con la esperanza en el corazón de que las cosas saldrían bien.
 
Anthony sonrió débilmente, sabía que se habían perdido muchas vidas, pero todavía había esperanza y tenía que creer que la justicia vencería siempre a quienes implantaran un reinado a base de la crueldad y de la humillación. Era la enseñaza de su padre y tenía que creerlo de lo contrarío todo estaría perdido.
 
 
 
La soberana del país de la Rosa Carmín tan pronto recibió el mensaje que llevo la paloma mensajera se sintió segura de lograr lo que tanto tiempo había ambicionado.
 
--Así que la Reina Elisa esta en problemas, iré con mi ejercito, pero yo seré quien se quede con el trono del Reino de la Rosa Blanca y de paso con el del reino vecino, ahora si expandiré mi imperio nadie podrá vencerme. --En su rostro se dibujo una sonrisa siniestra.
--Manden el mensaje de que ya vamos, avisen al ejército que partimos de inmediato—le dijo a uno de sus caballeros.
--si, su Majestad. Enseguida--
 
Así fue como el castillo de la Rosa Carmín quedo solo con los guardias necesarios para su resguardo. Antes de irse a la batalla la malvada reina Scarleth ordenó al guardia de los calabozos.
 
--En cuanto salga el sol, den muerte a Sir Albert y los otros caballeros de la Orden de la Rosa Blanca, ya no nos sirven, pronto tendré lo que tanto he deseado—la despiadada reina monto a su negro corcel—Vamos.
 
El puente levadizo se abrió y el ejército con su Reina al frente emprendió el camino hacia el Reino de la Rosa Blanca, el estandarte de la rosa carmín sobre un fondo tan negro como la noche ondeaba al viento.
 
 
 
 
Esa misma noche, la Valkyria y los tres caballeros que la acompañaban, entraron al castillo de la Rosa Carmín no sin dificultades pero prácticamente ella sola con su gran poder se abrió paso entre los guardias de la fortaleza. Ella y sus acompañantes fueron al calabozo para liberar a Albert y a los demás caballeros del Reino de la Rosa Blanca.
 
- Sir Albert hemos venido a rescatarlos—le dijo la Valkyria en cuanto lo vio—nos ha enviado El Rey de la Rosa Blanca.
- Oh que alegría, cuando me entere que no habían encontrado su cuerpo, supe que estaba vivo y que no nos abandonaría—
- Es un gran rey en verdad, en cuanto se recupero quiso venir a rescatarlos el mismo, pero el ahora tiene que recuperar su reino, pues su prima Elisa se ha apoderado de el—
- Oh no y ahora esta muy claro, la reina Scarleth se alió con ella para ese fin, pero me temo que Elisa no imagino con quien hacia tratos, la despiadada Scarleth es capaz de pasar sobre quien sea para lograr sus propósitos.
- Entonces hay que ir allá cuanto antes para evitar que la reina de la Rosa Carmín se apodere del Reino de la Rosa Blanca, pues si lo logra, será aun más difícil recuperarlo.
- Vamos, tenemos que alcanzar a Anthony—
 
También liberaron a otros muchos más caballeros de otras órdenes, que habían caído presos en las diferentes batallas con otros reinos, ya bajo el dominio de  la reina de la rosa carmín, así que en agradecimiento prometieron desde ese día pelear bajo la insignia de la Rosa Blanca.
 
De inmediato emprendió la marcha un ejército numeroso a las órdenes de Sir Albert.
 
 
El ejército de Terry  se apostó a las afueras de las murallas que resguardaban el castillo de la Rosa Blanca. Candy aun estaba a su lado dispuesta a todo con tal de recuperar el reino de su amado Anthony.
 
--Aun esta a tiempo de arrepentirse y no poner en riesgo su vida, Lady Candy.
--No, no. Tengo que luchar por mi rey, por mi familia y por mí. Quiero que este reino vuelva a ser el de antes, el que yo conocí, aunque me cueste la vida.
 
Viéndola tan decidida, Terry ya no trato de convencerla de desistir de la lucha, así que dio la orden de ataque. Lo que él no sabia era que ya el ejército de la Rosa Carmín también se aproximaba.
 
 
El camino de regreso a su amado país, perecía eterno para el rey Anthony, cuando por fin tras varios días de camino vislumbró en el horizonte el reino vecino, supo que ya no faltaba mucho para la batalla decisiva para vencer o morir. A lo que estaba dispuesto el joven rey con tal de ver libre a su pueblo. Llego al fin al palacio, el y sus acompañantes fueron recibidos por el rey Richard, padre de Terry.
 
- Rey Anthony, creímos que había muerto—le dijo sorprendido al verlo.
- Afortunadamente no fue así y he regresado para recuperar mi trono y liberar a mi pueblo—le dijo el Rey de la Rosa Blanca—Necesito de su ayuda, de su ejército.
- Pues la ayuda ya debe estar allá, mi hijo Terry partió hace unos días para derrocar a la usurpadora, de hecho se unieron a la lucha varios caballeros que decidieron dejar de servir a Elisa y recuperar el reino. También una joven del pueblo se unió a la lucha, creo que se llama Candy…si ese es su nombre Lady Candy—
- ¡Candy!--susurró Anthony y apretó el crucifijo que colgaba de su cuello,  sintiendo alegría en su corazón pero a la vez mucha angustia pues supo de inmediato que podría perderla para siempre.
 
En ese momento se anunció la llegada de Sir Albert y su ejército. Al poco tiempo entro.
 
- Anthony, que alegría verte sano y salvo—le dijo Albert abrazándolo rompiendo todo protocolo.
- Lo mismo digo, que bueno verte otra vez—
- Anthony, tenemos que ir de inmediato hacia el Reino de la Rosa Blanca, el ejercito de la Rosa Carmín ya debe estar por llegar allá y la malvada reina Scarleth hará todo lo que pueda para apoderarse del reino.
- ¡Oh, no! si es así el ejército de Terry y mi amada Candy con él, estarán perdidos, quedaran entre dos fuegos —dijo Anthony con gran preocupación.
- Yo también iré—dijo el rey Richard—mi único hijo esta en peligro.
- Su Majestad—hablo Albert—creo que lo más prudente es que usted se quede aquí con su pueblo, si va con nosotros lo dejaría indefenso y en caso de nosotros fracasar seria blanco fácil para la malvada reina Scarleth.
- Tiene razón, Sir Albert—señalo el rey Richard apesadumbrado—tengo que cumplir mi deber.
- Vamonos, no hay tiempo que perder—dijo Anthony con gran preocupación.
 
Sin más, partieron a toda velocidad a su destino. Junto al Rey de la Rosa Blanca cabalgaban las guerreras Valkiryas que lo ayudarían en la batalla final. Las estrellas pronto dieron paso a los primeros rayos del sol, pintando el cielo de un tono rojizo, antecediendo a la sangrienta batalla final que estaba por ocurrir. 
 
 
 
El príncipe Terry no sabia que esperar de esta batalla, sentía mucha ira por lo que le hizo Elisa, también miedo por lo que pasaría con la joven que lo acompañaba pero debía cumplir su deber y además vengar a la joven que había dado su vida para rescatarlo.
 
Terry dio la orden de ataque, comenzó la batalla, los primeros en atacar fueron los caballeros de la artillería. Se podía ver una lluvia de flechas surcar los cielos, todas iban contra el reinado de la Rosa Blanca.
 
Elisa que estaba en el castillo no sabia que hacer, toda histérica gritaba a sus súbditos para que dieran inicio al contra ataque. Lo que mas le disgustaba era que aún no había llegado el ejercito del reinado de la Rosa Carmín, con ellos seria fácil derrotar al ejercito de Terry.
 
- No puedo creer que aun no llegue Scarleth, con ella podré derrotar a Terry, con el ejército que cuento no puedo hacer nada más que  detener un poco su ataque pero mas nada, sino llegan  terminare en sus manos- en si Elisa esta con mucho miedo no quería perder el reino que había usurpado.
 
En las afueras Terry aun no entraba en batalla pues al ser menos los defensores del castillo, no había sido necesario todavía…
 
- Creo que podremos derrotar a Elisa fácilmente,  no veo que tenga muchos combatientes, la mayoría deben haber partido con el Rey Anthony. Al parecer  son pocos los que quedaron a resguardar el reino, así que prácticamente tenemos la batalla ganada- dijo el joven príncipe muy animado.
 
- Eso espero mi lord, Elisa no merece este reinado, es muy cruel, no se le compara a Anthony que es muy bueno con todos- dijo Candy  recordando a su amado.
 
En ese momento, uno de sus súbditos le informo al príncipe Terry que veía algo en el horizonte.
 
- Mi señor disculpe pero a lo lejos se ve una gran cantidad de gente llegar, parece un ejercito.
- Ejercito dices ¿pero de quien?—el príncipe miro a lo lejos y vio el negro estandarte--- ¡oh no!…creo que es el ejercito de la Rosa Carmín, es muy poderoso. ¿Pero ellos que tienen que hacer aquí, acaso el príncipe Anthony esta muerto? si vienen será para tomar el poder de este reinado. No, no los dejare porque si lo logra su siguiente meta será mi reinado y no haré a mi pueblo sufrir, así que atacaremos a Elisa y al ejército de la rosa Carmín—
- Pero mi señor eso es muy peligroso—dijo el caballero
- Si lo se, pero mucho mas peligroso seria terminar bajo su yugo. No quiero que mi pueblo sufra bajo el yugo del reino de la Rosa Carmín, son muy crueles, daremos todo por nuestro pueblo- dijo firmemente.
- si mi señor, nosotros lo seguiremos, usted y su padre han  sido muy buenos para con todos, los honraremos batallando sin descanso.
- Gracias, ahora a seguir con esta batalla.
- Mi lord ¿que será de nosotros si no se puede ganar al reinado de la Rosa Carmín?- dijo asustada Candy.
- No pensemos en eso mi lady, ahora solo podemos pensar en como luchar y seguir en pie después ya se vera, hay que mantener la fe.
- Fe en que ganaremos y seremos libres.
- Si, ganaremos, hay que mantener esa idea en mente.
 
Eso le dijo el joven príncipe a Candy pero tenia miedo de que su ejército no sea suficiente contra uno como el de la Rosa Carmín, por que si habían logrado vencer al ejército de la Rosa Blanca era porque era muy grande y poderoso. Terry no podía darse el lujo de dar marcha atrás por que no solo estaba en juego el reinado de la rosa blanca sino ya también su reinado y su pueblo. Tenia que luchar por ellos, solo que no sabia que esperar. Solo le quedaba tener fe en que ganarían y lograrían derrocar a la malvada de Elisa y hacerla pagar lo que le había hecho y poder contener la maldad del reinado de la Rosa Carmín.
 
 
 
En otro lado Anthony y su ejército que habían logrado reunir, hacían lo imposible por llegar a su reinado. Temía por Candy porque sabía que terminaría en la mitad de una batalla, sabia lo cruel que era Scarleth y con Elisa de aliada más aún. Pero el tenia a su lado a gente en la que confiaba y le daban apoyo, aunque todos temían de lo que pasaría si llegaban demasiado tarde. El rey Anthony no quería pensar en eso, pero era una idea muy difícil de quitar de su mente, temor de perder a su amada, de perder el lugar donde se crió, terminar bajo el poder de la cruel reina Scarleth, de ver sufrir a su pueblo. No, él, de una forma u otra lo impediría aun a costa de su propia vida, pues aunque casi la perdía hacia muy poco, esta ya no tendría sentido si perdía a su amada de ojos esmeralda.
 
- Anthony no te preocupes ya pronto llegaremos, ya falta poco.
- Si lo se Albert, pero siento que este camino se ha hecho demasiado largo o es mi idea, pero no veo el momento de llegar, aunque no te niego siento miedo de lo que veré.
- Te entiendo sobrino, no tenemos la mas mínima idea de que esperar, pero tenlo pro seguro no será nada agradable, nosotros hemos sufrido por la maldad de la reina Scarleth sabemos muy bien lo cruel que es, no tiene los mas mínimos remordimientos en hacer sufrir al que se le cruce en el camino.
- Eso es lo que mas temo, ella esta ahí batallando con Terry, si ella se entera de Candy, no se que le haría.
- No te atormentes con eso ahora, mientras ella no se entere quien es esta a salvo, si tuvo el valor de salir a la batalla por tu amor es capaz de todo, el amor lo puede todo, de eso no tengas la menor duda.
- Gracias, no sabes lo que no haría sin tus consejos, me ayudas mucho.
- Es mi deber además eres el único hijo de mi hermana, como no te cuidaría.
- Gracias tío.
- Por lo visto tu primo que te fue a buscar no cuenta.
- No digas eso Archie, fuiste muy valiente, después de lo que sufriste en las mazmorras, pobre de Stear, debe estar encerrado también.
- Pobre mi hermano todo lo que ha tenido que hacer por temor a que me hicieran algo o a Paty.
- Ella también he tenido que pagar por la maldad de Elisa, pero pronto se acabara todo esto, y pagara por todo, ténganlo por seguro.
 
 
Mientras tanto en afueras del reinado de la Rosa Blanca…
 
-  Mi señor ya esta aquí el ejercito de la Rosa Carmín, ¿que hacemos?
- Pues iniciemos el ataque contra ellos también, no los dejaremos pasar, tenemos que mantener la barrera.
- Si mi señor.
-  Esto se ve cada vez mas difícil.
 
 
En ese mismo momento, en el palacio Elisa caminaba furiosa por toda su alcoba. Y alcanzó a escuchar las primeras trompetas del ejército.
 
- Ya era hora por fin ha llegado Scarleth, jajajaja ya veras Terry mío, ella te hará pagar el descaro de venir a sacarme de mi reinado.
 
 
 
El ejército de la Rosa Carmín se había dado cuenta del contraataque y uno de sus caballeros le informó de esto a la reina Scarleth.
 
-  Mi lady nos están atacando.
-  Atacando ¿pero quien?
-  El ejercito del príncipe Terry.
-  Así que ya se le reveló el juguetito a Elisa. Bueno si quiere guerra pues guerra tendrá, no sabe con quien se esta metiendo, ya que pronto gobernaré todo esto.
- Entonces daremos inicio a la batalla.
- Si, despedacen ese ejército.
- Como usted ordene.
 
El caballero se alejó y Scarleth sonrió para ella misma.
 
- Elisa no pensé que fueras tan tonta, se te escapó tu principito. Ahora te esta atacando, y encima quiere combatirme— sonrió sintiéndose triunfante -  se me ofrece todo en bandeja, sin querer en un dos por tres me quedaré con dos reinados, mas fácil no se me podía presentar todo esto. A veces pienso que demasiado fácil. Todo esta saliendo como lo imaginé, Anthony no eres mío pero tu reino lo será, tus súbditos pagaran el desprecio que me hiciste, pagaran las lagrimas que me hiciste verter. Una a una la pagaran al igual que tus primos, todo lo que este relacionado contigo sufrirá mi ira. Ni se imaginan lo cruel que puedo ser, no, no tienen la menor idea, los únicos que lo saben bien son los  que están en mis mazmorras.
 
 
 
La cruel batalla había dado comienzo antes del alba, los cruentos soldados de la Rosa Carmín, blandían sus espadas sin dudar, comenzó a regarse la sangre y muchos hombres del ejército del príncipe Terruce, empezaron a caer uno a uno.
 
Terry, sosteniendo su espada, había entrado de igual manera a la lucha. Dio un último vistazo hacía Candy quien se re refugiaba detrás de unas rocas, sabía que ella estaba en peligro, no deseaba que muriera, ya una chica había muerto por amor… ¿cuántas más tendrían que hacerlo antes de que la pesadilla terminara?
 
El ejército de la Rosa Carmín se caracterizaba especialmente por ser cruel y advenedizo, se integraba principalmente por criminales y asesinos que habían sido desterrados de otros reinos, la honra y el valor de la sangre que corría por las venas de los caballeros de otros ejércitos, no tenían nada que ver con la de ellos. Esa era la principal desventaja, y Terry lo sabía, sin embargo tenía que oponer resistencia, porque si eran vencidos allí, su reino estaría desprotegido
 
 
 
En las afueras del reino de la Rosa Blanca, el pequeño ejército del Rey Anthony avanzaba, a su paso podían notar que el ejército de la Rosa Carmín había estado allí antes, desde casas quemadas hasta personas heridas. Anthony miraba todo esto y se le encogía el corazón.
 
-         Tenemos que apresurarnos – dijo Anthony – o cuando lleguemos todo habrá terminado.
-         No creo que podamos hacer mucho, no pasamos de 20 personas – mencionó Archie con un dejó de tristeza
-         Olvidas con quienes vienes – señaló una de las valkyrias.
-         Pero es…
-         Somos Guerreras, para nosotras no es nuevo.
 
Levantó la mano y una luz brillante salió de allí, Anthony la miró un poco extrañado pero unos segundos después del cielo bajaron caballos alados para cada uno de ellos.
 
-         Son mucho más rápidos. Vamos hay que apresurarnos – dijo la Valkyria.
 
Los caballeros subieron a los pegasos y salieron volando mucho más rápido de lo que habían conocido hasta el momento, desde el cielo parecía difícil creer que unos metros más abajo se estuviera librando una cruenta batalla, pero al tiempo que descendían pudieron ver como los soldados del ejército de Terry iban perdiendo territorio y como muchos caían en combate.
 
La espada de la reina de la Rosa Carmín se encontraba en el cuello de Terry, cuando un grito se dejo escuchar por todo el Reino de la Rosa Blanca.
 
-Scarleth detente.
 
-Anthony… no puede ser tu deberías estar muerto.
 
-Aquí estoy… ahora te enfrentaras conmigo.
 
-Será un placer mi lord.
 
Anthony y Scarleth combatirían su último duelo.  Mientras el ejército de la Rosa Carmín se enfrenta al pequeño ejército de Anthony, quienes inmediatamente sucumbieron ante el inmenso ejército.
 
Las aguerridas Valkyrias entraron en acción, quienes combatieron con alma y corazón.
 
Un viento cálido se dejo sentir sobre el inmenso reino de la Rosa Blanca, el viento que traía la victoria a quien la merecía.
 
 
Scarleth había sido derrotada por la espada de la justicia. Anthony venció con honor e inmediatamente se dirigió a la cámara principal a reclamar su reino.
 
-Ríndete Elisa, ya nada puedes hacer.  Tus aliados han sido vencidos.
-De ninguna manera, este es mi reino… -espetó tercamente - yo soy la soberana absoluta de todo esto, no vas a quitarme lo que me pertenece.
 
Anthony sabía que no iba a entregar lo que había obtenido con tanto trabajo de manera tan sencilla, así que suspiró y se acercó poco a poco a la dama, iba desarmado. Elisa sacó una ballesta y disparó contra el legítimo rey. La flecha se incrusto en el pequeño crucifijo que un día le diera su amada, el amor había salvado nuevamente a Anthony de una muerte segura.
 
Tom su fiel caballero que jamás abandonó el castillo, pudo ahora ir en contra de quien se había autoproclamado reina, la acorraló y fue puesta en prisión… de esta manera la que durante algún tiempo había sido soberana del país, bajó el fulgor de su espada Elisa fue derrotada.
 
 
Poco a poco la paz regresó al Reino de la Rosa Blanca, Anthony agradeció a las Valkyrias su gran ayuda, estas místicas mujeres regresaron a su aldea, con el corazón rebosante de alegría, pues habían ayudado a uno de los mejores reyes, que reino alguno pudo tener.
 
La reina de la Rosa Carmín y Elisa fueron hechas prisioneras en una de las mazamorras, tiempo después Anthony les otorgo el perdón y las envió a vivir a las afueras del reino, en una modesta choza y vigiladas por custodios del reino.
 
El rey Anthony con ayuda de su pueblo restauró poco a poco su reino.
 
Tiempo después.  En el Reino de la Rosa Blanca se lleva a cabo la tan esperada boda real.  El rey Anthony se unía en matrimonio al gran amor de su vida, Candy. 
 
Todos en el reino estaban felices.  De ahora en adelante todo sería paz, en el Reino de la Rosa Blanca.
 

 

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