El renacer de un corazón
Por Alejandra Maraveles
06. ¿Qué
le ocurrió a tu corazón?
Después de ese viernes Lily y
Anthony comenzaron a pasar más tiempo juntos, Anthony estaba
siempre al cuidado de Lily, era como si sintiera que por dejarla
sola podría cometer alguna locura o se fuera a poner a llorar.
Lily que había estado acostumbrada a las presiones, le parecía
algo extraño el comportamiento de Anthony. Pero como disfrutaba
tanto tenerlo a su lado prefirió guardar silencio para no
estropear todo.
Dos meses transcurrieron, y la
situación no había cambiado en ese aspecto, sólo que a Anthony se
le veía más sonriente. De repente Lily sentía una mirada fuerte,
siempre que lo sentía era Anthony quien la miraba. Lily se
sonrojaba un poco cada vez que esto sucedía.
Lily se sentía muy cómoda a su
lado, pero él a pesar de sus atenciones y de esas miradas
penetrantes, seguía manteniendo ecuanimidad y no solía hablar de
lo que le ocurría, lo que era diferente a los demás socios, con
quien Ale trataba ya todo el tiempo, se había ido en un par de
ocasiones con ellos a cenar. En una de esas salidas Lily había
salido con ellos pero Anthony no había estado allí lo que había
decepcionado a Lily.
- Él no sale casi por las noches
– le había dicho Archie sin dar otra explicación.
Sí, Anthony era lo que muchas
mujeres podrían desear, era caballeroso, atento, educado. Heredero
de una gran fortuna, sin embargo, había algo en él que Lily no se
acababa de explicar... algo raro, algo que no cuadraba con el resto
de su carácter... ese estado taciturno en el que a veces estaba no
parecía normal.
Por fin el día de la
presentación había llegado, frente a los nuevos clientes se habían
dado las propuestas y se había aprobado la campaña anual, con lo
que el trabajo pesado había terminado.
- ¡Esto hay que celebrarlo! –
había dicho Archie
Y esa noche estaban en uno de
los más lujosos restaurantes de la ciudad, todos conversaban
animadamente, a excepción de Anthony quien sólo miraba su copa con
desgano.
- ¿Te ha hecho daño la comida? –
le preguntó Lily
- No, me siento algo cansado...
Lily también se sentía algo
cansada, pero sabía que desde ese día iba a poder dormir sus horas
necesarias porque el trabajo volvería a la normalidad.
- Han sido muchas presiones es
natural – dijo Lily
- Quiero tomar algo de aire –
dijo él...
- Allá hay una terraza – señaló
Lily
Anthony miró la terraza y luego
miró a Lily.
- No, mejor me quedo aquí, allá
estaría solo...
Lily sonrió para sus adentros,
le parecía raro que un joven que había viajado por el mundo se
sintiera cohibido para invitar a alguien a platicar en un lugar
más privado.
- Si quieres yo voy contigo...
también a mí me serviría el aire fresco.
Anthony sonrió y se levantó de
su asiento. Lily y él se dirigieron a la terraza que en ese
momento estaba vacía.
- Hace algo de frío – comentó
Lily quien había olvidado su suéter sobre el respaldo de la silla.
- Toma – dijo Anthony mientras
se quitaba su saco y lo colocaba sobre los hombros de Lily.
- No, espera...
- Yo no tengo frío.
Lily sonrió. Los dos se quedaron
mirando el horizonte, las estrellas titilaban sobre ellos, pero
ninguno decía una palabra, Lily sintió que algo raro sucedía pero
prefería estar al lado de Anthony aun sin decir nada, que no estar
allí
De repente Anthony se le quedó mirando, igual a como solía mirarla cuando trabajaban… se le
acercó mucho y durante un instante Lily pensó que la besaría, pero
entonces el respiró y se alejó.
- Me tengo que ir…
- ¿Tan pronto? – preguntó Lily
quien sentía que su corazón latía a mil por hora.
- Sí – dijo él tratando de
sonreír – ¡Nos vemos!
Sin siquiera darle el
acostumbrado beso en la mejilla, Anthony dio la media vuelta y
comenzó a caminar
- ¡¡Tu saco!! – exclamó Lily.
Anthony pareció percatarse de
que no lo llevaba puesto y miró a Lily, sonrío nerviosamente y se
acercó a Lily. Antes de que ella se diera cuenta, Anthony se había
acercado mucho a ella, la abrazó fuertemente y le dio un fugaz
beso en la boca. Tomó el sacó y salió casi corriendo de la
terraza, dejando a Lily temblando de pies a cabeza.
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