Por Martha
Albertfan
Que Vida La Mia
by Reik
Me despierto en la mañana, para verte pasar,
y tenerte en mi mente por el resto del dia...
Que vida, la mia...
Aun no se tu nombre y ya eres dueña de mi,
y me paso todo el dia imaginando tu risa...
Que vida, la mia...
Nose que hacer, para ser el aire que va a tu
alrededor,
y acaricia tu piel...
Solo quiero conversar, solo quiero conocerte,
dame un poco de tu tiempo para convencerte,
Yo solo quiero ser tu amigo, y me muero por salir
contigo,
dame una señal, solo dame una mirada,
si tu estas a mi lado, a mi no me importa nada,
ya quiero estar entre tus brazos, y me muero por
probar tus labios, rojos, llenos de ti...
Solo dime que si...
Me desvelo en las noches para pensar en ti,
y si duermo solo sueño con tener tus caricias,
Que vida, la mia...
Tengo todo este amor y solo es para ti,
y yo solo me conformo con mirarte otro dia,
Que vida, la mia...
No se que hacer para ser el aire que va a tu
alrededor,
que acaricia tu piel...
Solo quiero conversar, solo quiero conocerte,
dame un poco de tu tiempo para convencerte,
Yo solo quiero ser tu amigo, y me muero por salir
contigo,
dame una señal, solo dame una mirada,
si tu estas a mi lado, a mi no me importa nada,
ya quiero estar entre tus brazos, y me muero por
probar tus labios, rojos, llenos de ti...
Solo dime que si...
***
El rubio rapaz yacía tumbado en su poltrona, estaba
demasiado inquieto, casi no probó bocado a la mesa y además, fue inmune a
las bromas de sus compañeros de juego e incluso, omitió dos de las
actividades que más disfrutaba: Cabalgar y el cultivo de sus amadas rosas.
Efectivamente, Antohny no fue más el mismo desde
aquella incursión en los alrededores de las propiedades Andrew y que
derivó en aquél significativo encuentro
-Mi rubia llorona ¿Por qué llorabas? ¿Qué dolor
podrías albergar en tu infantil corazón? ¿Acaso también añoras la
presencia de tu madre?…Yo sólo deseo protegerla, quiero provocar una
sonrisa en su linda carita-El rememorar aquél encuentro le provocaba las
más extrañas sensaciones: su corazón latía apresurado, se sentía sofocado
y vacío en su estómago nunca antes experimentado-¿Cuál es tu nombre mi
linda rubiecita?-Cerró sus ojos para recordar más a detalle ese encuentro
que consideraba angelical y su rostro se iluminó con una radiante sonrisa.
Las semanas transcurrieron y a pesar de que puntual
había acudido a aquél lugar y de sus vanos esfuerzos por averigüar la
identidad de la rubia llorona no obtuvo éxito alguno y lucía con enorme
desánimo, distraído e incluso un poco malhumorado.
-Lloroncita ¿dónde estarás? ¿Por qué no has acudido de
nuevo aquí? ¡Es tarde no puedo esperar más!-Y como si se dirigiera a
alguien más- ¡Hasta mañana pequeña lloroncita! ¡Prometo estar puntual
mañana! ¡No olvides sonreír!.
El jovencito rubio vestido de gala, retornaba
presuroso a su hogar, hoy tendrían visitas y no podía llegar con retraso
sino quería ganarse un fuerte reto. Apenas cruzaba el umbral, cuando se
detuvo en seco:
-¡ES ELLA! ¡Mi rubia llorona!-Sintió como un leve
calorcillo invadía todo su ser, las mejillas se tornaban grana y su
corazón latía desvocado- ¡Me ha sonreído! ¡Me ha reconocido! Su voz es tan
dulce y ella toda es encantadora…¿Cómo, me confunde con alguien más? ¿Me
ha llamado príncipe? ¡Sí, llorona yo quiero ser tu príncipe! ¡Yo quiero
ser tu protector¡ ¡Te protegeré de Eliza, Neal, Archie…de todos si es
necesario! ¿Qué dice Eliza? ¿Ella tu mucama? ¡Imposible! ¡Es una más de
tus mentiras! ¡Ella es la princesa de los cuentos que solía leerme mamá! ¡CANDICE
WHITE! Es su nombre y tan tierno como toda ella ¡Candy quiero ser el dueño
de tu corazón!
***Fin***
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