Capítulo 4
Anthony
Brower vuelve a retomar su vida, aquel accidente ha quedado en el
pasado y ha decidido no tomar ese reposo obligatorio, tiene un
asunto muy importante que resolver, así que se dispone a salir y
en ese momento llega Stear.
-Anthony… a
donde crees que vas… tienes que guardar reposo, esas fueron las
órdenes del doctor.
-Lo siento…
no puedo estar quieto ni un minuto… me urge resolver lo de
Ferretti… ¿Archie ya regreso?
-Si llegó
anoche… y con buenas noticias.
-Bien…
entonces vamos para el despacho.
-Anthony… se
que no estas muy bien de ánimo… que lo de Caroline te tiene muy
mal, pero no creo que sea como para que te cases son Elisa, en
cuanto lo supe no lo podía creer… hace mucho que no tenias un
acercamiento con ella y de buenas a primeras resulta que te vas a
casar con ella, por qué lo haces.
-Stear… ella
esta esperando un hijo mío, por eso me caso con ella.
-Vaya, eso si
que es una sorpresa… y ¿tus padres lo saben?
-Claro que
no… por eso en cuanto esto pase Elisa y yo nos casamos.
-Anthony…
creo que vas a cometer el peor error de tu vida, puedes hacerte
cargo de tu hijo sin necesidad de casarte.
-Tú sabes
como es la familia, y no quiero darle otro disgusto a mi madre.
Pero bueno, no hablemos mas de eso, vamos al despacho me urge ver
a Archie.
-Bien vamos.
Al tiempo que
salían, Candy y Terry empezaban el día desayunando juntos y
pasarían el resto del día paseando por toda Nueva York.
Al llegar
Anthony y Stear al despacho.
-Anthony, es
bueno saber que estas bien, en cuanto Stear me lo hizo saber quise
regresar inmediatamente, pero me fue imposible.
-No te
preocupes Archie, y bien que me tienes.
-Pues tu
teoría fue acertada… la persona con la que me entreviste esta
dispuesta a declarar a favor de Ferretti. Para serte sincero creí
que exagerabas, se me hizo muy descabellada tu idea y a la vez me
pareció muy emocionante. Así que puedo asegurar que tenemos el
triunfo en el bolsillo.
-Vamos
Archie, todavía no podemos cantar victoria – comentaba Anthony.
-Pues yo creo
que si, además con lo que Stear pudo averiguar estando en España,
ratifica tu teoría… si nuestros padres supieran que te estamos
ayudando en el caso de Ferretti, júralo que nos exilian – decía
Archie al tiempo que reía.
-Vamos
hermano, no lo tomes a juego… que él que saldría perdiendo serias
tú, ya que todavía vives bajo el techo materno – decía
burlonamente Stear.
-Bueno, al
menos tengo a donde llegar si me corren, a tu casa querido hermano
o la casa de Anthony.
-Bien chicos,
dejemos los chistes para otra ocasión, manos a la obra… y gracias
por su apoyo, por su ayuda… no se que haría sin ustedes.
-Anthony, tú
sabes perfectamente que nunca he estado de acuerdo en tu relación
con ese empresario… pero con esto… créeme que ya no se que pensar
– dijo Stear.
-Ferretti, no
es el hombre que todos creen, tampoco te voy a negar que no ha
caído en actos ilícitos como la evasión de impuestos… pero bueno
ya dejemos esta conversación y pongámonos a trabajar.
-Bien
trabajemos – dijeron al unísono los hermanitos.
Mientras los
abogados se sumergían en el asunto Ferretti, Candy y Terry se
divertían paseando, gozaban de momentos muy divertidos.
Llego por fin
el día en que el actor partiría a Italia y en la cafetería del
aeropuerto.
-Candy, estos
días a tu lado fueron fascinantes, sabes creo que estoy enamorado
de ti.
-Vamos Terry,
eso no puede ser, llevamos poco tiempo de conocernos.
-Eso es lo de
menos, sabes recordé en donde te había visto antes… uno de mis
antepasados guardaba con mucho recelo una fotografía, al reverso
tenía escrito el nombre de esa dama, su nombre era Candy White
Andrew, al parecer fue el gran amor de mi bisabuelo.
-Lo se Terry,
esa dama era mi bisabuela, aunque el apellido Andrew lo dejo
cuando ella se caso con mi bisabuelo, dejo a los Andrew para hacer
su camino.
-Entonces no
crees que en este tiempo podamos realizar aquella historia de amor
– decía el actor con una voz seductora y con un poco de picardía.
-Terry… esas
historias de amor, como las llamas no van contigo, tú eres la
clase de hombres que no disfrutan de una historia de amor.
-Y por que
no, con una mujercita como tu a mi lado soy capaz de vivir esa
historia.
-Somos muy
diferentes, tu gustas de estar de un lugar a otro… eres un hombre
de mundo, no podría con tu estilo de vida, lo mío es mas
tranquilo, más espiritual, más… no lo se, yo deseo realmente esa
historia de amor… y tu no creo que seas el príncipe de esa
historia.
-Te entiendo
y te agradezco tu sinceridad, esa sinceridad que me gusta tanto de
ti… en fin que se le va a hacer, tendré que morir de amor por ti.
Ambos
terminaron riendo a carcajadas.
-Mi bella
enfermera, tengo que irme, mi vuelo esta por salir, fue un gran
placer haberte conocido, espero que sigamos en contacto.
-Por supuesto
que si Terry, no quiero perder tu amistad por nada del mundo.
-Hasta pronto
mi bella enfermera.
-Hasta
pronto.
Ambos no
pudieron evitar despedirse con un tierno e inocente beso en los
labios.
Terry ha
partido a Italia y Candy prefiere regresar al hospital, no quiere
estar sola en su departamento.
-Pero que
sorpresa, por fin te dejas ver – dijo Patty.
-No es para
tanto, Terry se acaba de ir a Italia.
-Si no, no
estarías aquí. Pero vamos a tomar un café quiero que me lo
cuentes todo.
-Esta bien,
vámonos.
Llegaron a la
cafetería. Candy con una tasa de café comenzó a platicarle a su
amiga los momentos maravillosos que pasó al lado de Terry.
-Wow, veo que
te la pasaste sensacional… y… qué más pasó – preguntó curiosa
Patty.
-Eso fue
todo.
-¡Cómo que
fue todo!... y lo dejaste ir, así como si nada… estas loca.
-Para serte
sincera, me la pase de maravilla con Terry… pero, no se por que,
de repente pensaba en Anthony… se que no debo, él va a casarse.
-Ahora
comprendo todo… ay, amiga… mira de quien te has enamorado, del
abogado del diablo.
-Patty, no lo
llames así… además no creo estar enamorada de él y si así fuera…
él va a casarse.
-No cabe duda
amiga, vas a correr el mismo destino de tu bisabuela… ni el
abogado, ni el actor… y a todo esto… ¿conseguiste mí a autógrafo?
-Claro que si
Patty.
-Bueno al
menos conseguiste algo.
Candy bebía
su café muy pensativa, no quería aceptar que se había enamorado,
pero también sabía que ese amor era imposible.
Los días
pasaban y Elisa seguía con los preparativos de su boda y Nicole le
ayudaba en todo.
Por fin llegó
el día de la sentencia, toda la ciudad quería saber lo que pasaría
en ese juzgado, pero el gran evento se llevo a cabo a puerta
cerrada. Stear y Archie esperaban impacientes el resultado. Hasta
que por fin las puertas de esa sala se abrieron, Anthony ganó el
juicio. En los pasillos de la corte se encontraban los medios de
comunicación, los cuales inmediatamente atacaron a Anthony.
-Abogado
Brower… como pudo ser capaz de alejar a unos niños de su madre…
usted sabe que el Sr. Ferretti es culpable de todo lo que se le
acusa… cómo puede usted tener el valor civil de defender a este
tipo de personas…
Anthony como
pudo se alejo de toda esa multitud, salió de la corte y abordo el
auto de sus primos y se alejaron rápidamente.
-Vaya… pensé
que no saldríamos vivos de esa gente – dijo Archie.
-Felicidades
Anthony, lo volviste hacer, ganaste ese juicio – dijo Stear.
-Y todo
gracias a ustedes… aunque ahí adentro seguía dudando, pero tenía
que ser de esta manera – respondió Anthony.
-Anthony,
después de esto seguirás con Ferretti – preguntó Stear.
-Si… aunque
de una forma indirecta, en este momento quiero ir a ver a mis
padres y decirles que deje a Ferretti, ya no quiero seguir
angustiando a mi madre… y no quiero imaginar lo que dirán cuando
sepan que ese “delincuente” como ellos lo llaman, quedo libre.
Así que ya lo saben todo esto queda entre nosotros, ni una palabra
a nadie.
-Claro
Anthony – contestaron al unísono los hermanos.
Anthony llego
a casa de sus padres y les comunicó su decisión, Nicole se alegro
mucho y claro Harold volvió a permitirle la entrada a casa.
El caso fue
de esta manera. Anthony tenía una ligera sospecha a cerca de la
esposa de Ferretti, Stear por una casualidad conoció a alguien en
España que conocía a la perfección a la mujer. Archie por su
parte, estaba muy interesado en la teoría de Anthony, así que
accedió a ayudarle. Thomas Ferretti, se sorprendió con la
habilidad de Anthony, él no podía creer que su abnegada esposa
formara parte del crimen organizado, ella se cubría las espaldas
con el nombre de su magnate esposo. Todo salió a la luz y la
mujer fue condenada, los hijos del matrimonio quedaron bajo la
custodia del padre. Fue por esto que Anthony pidió que el juicio
se llevara a puerta cerrada. En resumidas cuentas “El Anticristo”
resulto ser la esposa de Ferretti, esto nunca salió a la luz, pues
es el magnate no quería que sus hijos algún día lo supieran y se
les dijo que su madre tuvo que ser hospitalizada.
Pareciera que
la suerte le volvía a brillar al joven abogado Anthony Brower,
ahora solo faltaba librar el siguiente embate, su matrimonio.
Dos día
después, en el despacho. Anthony llegaba a medio día, pues ahora
que todo estaba resuelto quería recuperar el tiempo con sus
padres, venia de desayunar con ellos.
-Anthony, que
bueno que llegas… te invito a comer – dijo Stear muy emocionado.
-¿Me invitas
a comer?, pues no es mala idea – contestó el joven rubio.
-Quiero
presentarte a mi novia.
-Pero Stear…
no quiero ser mal tercio.
-Anda… además
Patty va a invitar a una amiga, su mejor amiga.
-Bueno…
Archie entro
interrumpiendo la plática.
-Anthony… que
bueno que llegas… toda la mañana estuvo llamando Caroline.
-¡¡CAROLINE!!
-Si… esta en
la ciudad y quiere verte, toma –entrega una tarjeta – en este
hotel esta hospedada.
-Veo que se
cancela la comida, ¿verdad? – preguntó Stear.
-De ninguna
manera Stear… a qué hora y dónde nos vemos.
-A las tres
en el restaurante de siempre.
-Bien, estaré
ahí.
-No te
preocupes Anthony, lo dejamos para otra ocasión.
-Anthony se
encontraba en la puerta y dijo: A las tres nos vemos Stear.
El joven
abogado se dirigía muy pensativo hacia ese hotel, antes hizo una
parada en una joyería y adquirió un precioso anillo. Y al estar
frente a la puerta, quiso dar marchas atrás, pero ya estaba ahí
así que llamó a la puerta.
Una joven en
un atuendo muy provocativo abrió y en cuanto lo vio se arrojo a
sus brazos. Y entraron a la habitación.
-Sabía que
vendrías, lo sabía.
Anthony sacó
el pequeño estuche.
-Esto es para
ti espero que te guste.
Caroline lo
tomo con emoción y al abrirlo.
-Es hermoso,
esta precioso y este anillo que significa… será que tú y yo…
-No Caroline,
solo quise obsequiártelo… es lo último que tendrás de mi.
-Pero
Anthony… yo te amo… yo no quise traicionarte, estoy tan
arrepentida…
-Si tanto era
tu amor por mí… por qué me traicionaste… o será que fui tan poca
cosa para ti, tan poco hombre, que tuviste que buscar a otro… fue
eso…
-No… no
cariño… simplemente me equivoque, y ahora me doy cuenta de lo
mucho que te amo, de lo mucho que me haces falta… perdóname…
-Ahórrate tus
palabras, tus lágrimas… esto se termino… yo no puedo seguir
contigo, adiós Caroline y no vuelvas a buscarme.
El chico dio
la media vuelta y con voz fuerte la chica lo detuvo.
-ES POR ELLA
¿VERDAD?, ES POR ESTA MUJERCITA QUE ME DEJAS.
Anthony
volteo y miro que Caroline sostenía una revista, en la cual se
anunciaba su matrimonio.
-Ella no
tiene nada que ver con nosotros, simplemente tome la decisión de
casarme, eso es todo.
-ANTHONY… TE
JURO QUE NO HABRÁS DE CASARTE CON ELLA, TE LO JURO… VOY A HACER
TODO PARA EVITARLO… TODO…
-Adiós
Caroline.
Anthony salió
de esa habitación, con un peso menos, aunque Caroline le seguía
doliendo. Con un mejor semblante se dirigió al restaurante donde
Stear lo esperaba.
-Anthony…
que bueno que llegas… mira te presento a Patricia Taylor O’Brien…
mi novia.
-Vaya… así
que tu eres la famosa novia virtual… un placer conocerte.
-Gracias,
igualmente. Stear platica mucho de ti, de su hermano, se ve que
tienen una buena relación.
-Así es Patty,
puedo llamarte Patty.
-Claro
Anthony.
Los tres
tomaron asiento y una chica rubia llego.
-Hola
Anthony.
Él
inmediatamente se puso de pie.
-¡¡CANDY!!
-Por lo que
veo ya se conocen – dijo Stear.
-Claro que
si, ella fue mi enfermera – contestó Anthony.
-Por
supuesto… ahora recuerdo… ella fue la enfermera que se acerco
cuando salíamos de tu habitación – dijo Stear.
Los cuatro se
sentaron y disfrutaron de una deliciosa comida. Platicaban de
varias cosas, Anthony no dejaba de mirar a Candy, pareciera que
después de haber pasado por el infierno, estuviera en las puertas
del cielo.
Después de
esa comida, se dirigieron a disfrutar de buena música de jazz y
de una copa, fueron al bar de San Diego.
Mientras
Stear bailaba con Patty, los rubios se quedaron conversando.
-Brindo por
el placer de volver a verte – dijo Anthony.
-Brindo por
eso, por el placer de volvernos a ver. Salud.
-Pensé que no
te volvería a ver.
-Si yo
también pensé lo mismo, y me alegro que esto se diera, al menos
ahora me has permitido conocer a un Anthony alegre, con una
emoción por la vida fascinante, realmente pensé que no eras así.
-La primera
impresión siempre cuenta, ¿no es así?... pasaba por un mal
momento, pero creo que las cosas se están arreglando y todo para
bien.
-Me alegro
mucho por ti… aunque siento que todavía hay algo que te preocupa.
-Si… mi
matrimonio…
-¿La amas? –
Con una sonrisa prosiguió – disculpa, creo que estoy siendo muy
entrometida.
-No… no lo
eres… no quiero hablar de eso… no quiero echar a perder esta
velada con cosas que puedo resolver mañana, ¿bailamos?
-Claro que
si.
Los cuatro
jóvenes se la pasaron de lo más sensacional y cerca de las tres de
la mañana los caballeros dejaban a sus bellas damas hasta la
puerta de su departamento.
Stear y Patty
se despidieron con un gran beso. Stear se despidió de Anthony, y
este se quedo unos minutos más con Candy.
-Espero que
no sea la última vez que nos veamos – dijo el rubio.
-Yo también
lo espero.
-Hasta pronto
Candy y gracias por esta exquisita velada.
-Hasta pronto
Anthony.
El chico beso
la mejilla de ella, quien sintió una enorme emoción por ese cálido
e inocente beso.
Anthony al
llegar a su departamento, no dejaba de recordar la bella tarde que
paso al lado de Candy, miro el retrato de Caroline lo tomo y junto
con todas las cosas que le recordaban a esa mujer las guardo en
una caja, Caroline quedaba en el pasado. Encendió su lap, tenía
varios mensajes, pero uno llamo fuertemente su atención, lo leyó y
al concluir una sonrisa cálida, tranquila surgió de sus labios.
Muy temprano
Anthony salió de su departamento, tenía que arreglar un asunto de
suma importancia. Su aspecto era de lo más jovial, irradiaba una
inmensa paz, si de por si era un joven muy atractivo esa mañana se
veía soberbio. Subió a su nuevo auto, este no era nada ostentoso
como aquel deportivo, su vida estaba cambiando. Encendió la radio
pero esta vez no escucho su acostumbrado noticiero, ahora
escuchaba la música que tanto le gustaba y que hacia tiempo no lo
hacia.
Llego a su
destino y con una amplia sonrisa en su rostro, bajo del auto y se
encamino a un departamento, tocó y una pelirroja abrió.
-Anthony… tú
aquí… que sorpresa… veo que estas de muy buen humor, es por
nuestro matrimonio, ¿verdad?
-Elisa…
quiero la verdad… ¿ese hijo que esperas es mío? – preguntó
serenamente el chico.
-Claro que
si… yo no mentiría con algo así – contestó indignada la joven.
-Elisa, no
habrá boda… yo no te amo, y no tengo porque unir mi vida a alguien
que no amo, lo de aquella noche no debió pasar, pero bueno lo
hecho, hecho esta y en cuanto al bebé que esperas, quiero pruebas
de que es mío y si es así asumiré mi responsabilidad… pero con lo
de la boda ni lo sueñes.
Elisa estaba
estupefacta, no podía creer lo que escuchaba.
-Anthony,
esto es una broma ¿verdad?... tú tienes que casarte conmigo, no me
obligues a hablar con Nicole, este hijo que llevo en mis entrañas
es tuyo, tú fuiste el primero y has sido el único.
-No me hagas
reír, te aprovechaste de mi patético estado de humor, estaba tan
azorado con mis problemas que no me detuve a pensar si estabas
diciendo la verdad… pero bueno estamos a tiempo de parar esta
locura.
-Anthony no
puedes hacerme esto… tienes que casarte conmigo.
-No insistas,
y en cuanto al hijo que esperas… como ya te lo dije, si es mío
asumiré mi responsabilidad, no habiendo más que hablar, hasta
pronto Elisa.
Anthony se
disponía a salir, cuando Elisa rápidamente se coloco en la puerta.
Y con voz fuerte le dijo.
-ANTHONY
BROWER, TE VAS A CASAR CONMIGO ASÍ SEA LO ÚLTIMO QUE HAGA… TÚ NO
ME VAS A DEJAR EN RIDÍCULO, ME ENTIENDES.
-Hazte a un
lado Elisa, no me provoques.
Con rabia y
coraje Elisa se hizo a un lado y Anthony salió.
Anthony se
dirigió a casa de sus padres para darles la noticia. Nicole se
puso muy triste y sorprendida con el embarazo de Elisa, pero
entendió las razones de su hijo y estaba dispuesta a apoyarlo,
Harold también apoyaba la decisión de su hijo.
Después de
esa visita se dirigió a su departamento, al estar ahí hizo una
llamada.
-Hola.
-¡¡ANTHONY!!,
cómo estas.
-Muy bien
Candy, te invito a cenar esta noche.
-Pero
Anthony… no puedo, esta noche tengo guardia… me es imposible.
-Bueno…
entonces que te parece si cenamos en el hospital.
-Me parece
una buena idea.
-Bien te veo
a las ocho, hasta entonces.
-Hasta
entonces.
Minutos
después llegaron sus primos.
-Anthony… te
ves muy animado – dijo Stear.
-Y lo estoy…
esta noche voy a cenar con Candy.
-¡¡Con Candy!!
– exclamo Archie – y quién es ella.
-Es amiga de
Patty y fue la enfermera de Anthony – respondió Stear.
-Y…
¿Elisa?... no crees que cuando se entere se pondrá furiosa –
comento Archie.
-Elisa y yo
terminamos… aunque realmente nunca existió una relación…
-Y entonces
por que te ibas a casar con ella – preguntó Archie.
-No hagas
tantas preguntas Archie… a su tiempo sabrás toda la historia –
dijo Anthony.
Los tres
chicos se disponían a salir y al abrir la puerta.
-¿El abogado Anthony Brower Andrew?
-Soy yo…
ustedes son…
-Esta usted
detenido – al tiempo que decían esto mostraban sus placas – esta
acusado por intento de homicidio en contra de la señorita Elisa
Leagan.
-¡¡HOMICIDIO!!... están equivocados… esto es un error – decía el
rubio muy extrañado.
-Acompáñenos
por favor.
-Anthony ve
con ellos… no te preocupes por nada.
-Stear, hazme
un favor avisa a Candy por favor.
-Claro que si
Anthony.
Anthony fue
encarcelado. No comprendía que era lo que pasaba, todo era tan
confuso. Mientras que Elisa se encontraba herida de gravedad en el
hospital. Candy al verla se sorprendió muchísimo y casi de
inmediato se comunico con Anthony, pero él era obvio que no le
contestaría.
Patty se
acero a ella.
-Candy… acaba
de llamarme Stear, Anthony no vendrá… esta detenido.
-¡¡DETENIDO!!
-Si, se le
acusa de intento de homicidio en contra de su prometida.
-Acabo de ver
a Elisa… la llevaban a cuidados intensivos… su estado es crítico,
pero no puedo creer que Anthony… él seria incapaz de algo así…
-Stear esta
haciendo todo lo posible por sacarlo de ahí.
-Quisiera ir
a verlo… pero…
-No nos
preocupemos… Stear prometió mantenerme al tanto de todo.
Por la noche
Anthony recibía una visita.
-Hola, ahora
vives aquí.
-No te
burles. Creo que no es hora de visitas, pero claro tú siempre
consigues lo que quieres.
-Veo que no
has perdido tu sentido del humor.
-Soy inocente
y se que saldré pronto de aquí.
-Yo también
lo creo. Ferretti y yo estamos haciendo todo lo posible para que
salgas de aquí. Confía en nosotros.
-Claro Albert,
confío en ustedes y en mis primos.
-Stear esta
haciendo una buena labor, pronto saldrás de aquí.
-Y Elisa,
¿cómo esta?
-Muy mal,
Nicole y Harold están con ella, tu sabes que sus padres andan de
viaje, nunca les ha importado sus hijos y a Niel no lo hemos
podido localizar. Anthony… ¿tienes idea de quien pudo haber hecho
esto?
-Ni la más
mínima idea. Albert… y el bebé…
-Anthony, no
te agobies con eso… Elisa nunca estuvo embarazada… tendremos que
esperar a que ella se recupere para que rinda su declaración.
-Albert…
nunca me imagine estar en un lugar así… y ya que no te puedo
invitar a un bar, por qué no me platicas que te une a Ferretti.
-Hace algunos
años, cuando tenía 15 años pase por un secuestro… él era un chico
de la calle, robaba para comer… en el lugar donde me tenían eran
unas grandes bóvedas, para mi fortuna una de ellas era su hogar,
se percato del asunto y me ayudo a escapar… los secuestradores se
dieron cuenta y empezaron a disparar, él me salvo la vida, lo
hirieron y como pudimos escapamos… como ves nos une una deuda de
honor y desde ese momento nos hicimos muy amigos… conseguí que mis
padres lo contrataran, él era un chico con ganas de salir
adelante, mis padres le brindaron educación, pero él no era de
colegios… años después la fortuna le sonreía, se hizo millonario
en los juegos de azar… es muy bueno para los negocios y claro con
algunas trampas esta donde esta… lo aprecio mucho… en este juicio
te pudiste dar cuenta de su gran corazón, sus hijos son todo para
él.
-Si me di
cuenta de ello.
-Anthony
tengo que irme… y no te preocupes pronto saldrás de aquí.
-Gracias por
estar aquí.
Al siguiente
día Stear se encontraba con Anthony, le explico como estaba la
situación y por que creían que él era culpable. El portero del
edificio se encontraba en sus labores, se le hizo raro ver la
puerta abierta del departamento de Elisa, entro y la vio tirada
desangrándose e inmediatamente llamo a una ambulancia y cuando lo
interrogaron, dijo que Anthony había sido la última persona que
visito a Elisa.
-No te
preocupes Anthony… solo nos queda esperar que Elisa reaccione y
declare.
-Si… esperar.
Ese día fue
el más largo en la vida de Anthony, por la tarde recibió la visita
de Candy.
Por un
impulso en cuanto se vieron se abrazaron fuertemente, Candy
lloraba y el con sus manos limpiaba ese rostro lloroso. Las
lágrimas de ella, le dieron vida a Anthony, el corazón del joven
experimentaba nuevas sensaciones, no podía creer que ella lloraba
por él.
La visita fue
corta, pero suficiente para Anthony.
Al siguiente
día por la tarde, las rejas se abrieron para el abogado del
diablo, Anthony salía libre. Stear lo esperaba.
-¡¡Stear!! –
abrazo a su primo como si hubieran pasado años sin verse – libre,
soy libre, pero que pasó.
-Vamos te
explico en el camino, tenemos que ir a un lugar pronto.
Rápidamente
subieron al auto de Stear y se encaminaron el hotel de Caroline.
Elisa recuperó el conocimiento y rindió su declaración, Caroline
la había atacado. Stear se imagino que Anthony quería hablar con
ella antes de que la arrestaran, el rubio se lo agradeció.
Los jóvenes
llegaron casi al mismo tiempo que llegaba la policía para arrestar
a la joven actriz. Anthony les pidió unos minutos, los cuales le
fueron concedidos.
-Por qué lo
hiciste… en qué pensabas.
-Te dije que
no iba a permitir que te casaras con ella… tú me perteneces… eres
mío
-Caroline… lo
nuestro ya no puede ser, entiéndelo por favor… me duele ver que
hayas llegado a estos extremos, no te preocupes haré todo lo
posible para que salgas bajo fianza.
-No quiero tu
lastima, quiero tu amor… quiero que regreses a mi lado… es que no
lo entiendes, yo no puedo estar sin ti.
La joven se
refugio en los brazos de él, y lo beso. Anthony no correspondió
al beso.
-Creo que te
he perdido para siempre… ¿no es así?… bien… supongo que es el
adiós definitivo.
-Así es
Caroline… adiós.
Un oficial
entró, tenía que llevarse a la joven.
-Oficial por
favor, déme unos minutos más, quiero arreglarme un poco, por
favor.
-Esta bien
señorita pero apresúrese.
Tanto el
oficial como Anthony salieron, segundos después se escucho una
detonación. El abogado entro rápidamente, tomo entre sus brazos a
la joven, la llamaba una y otra vez, besaba su rostro esperando
que reaccionara, pero todo era inútil.
Aquella bella
actriz desde la separación, su estado de ánimo era inestable,
tomaba antidepresivos a diestra y siniestra. El día que fue a ver
a Elisa, estaba muy narcotizada, no supo lo que hizo hasta que
llego a su hotel y de su bolso sacó el arma bañada en sangre.
Quiso huir pero su estado era tan deplorable, que no actuaba con
cordura. Y ese día, como los anteriores, estaba narcotizada. No
soporto el rechazo de su gran amor y prefirió terminar con su
vida, esa fue la última actuación de la bella actriz Caroline
Marlow.
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