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Frenesí 03


Capítulo 3


A primera hora Anthony sale de su departamento.  Conduce muy pensativo su automóvil, la razón le dice que debe desistir, que lo que esta apunto de hacer no es lo correcto.  Suena su celular, contesta por el manos libres.
-¡¡¡CAROLINE!!!  Amor que alegría escucharte.
La plática duró solo dos minutos, y eso basto para que el joven prosiguiera su camino.  Se estaciono frente a un gran edificio, la zona,  el centro de las grandes empresas.
Anthony subió al quinto piso, se acerco a la recepción y…
-Buen día señorita.
-Buen día… ¿en que puedo servirle?
-El señor Ferretti me espera… aquí tiene mi tarjeta.
-Un momento por favor.
Segundos después.
-Adelante señor Brower.
-Gracias.
Y estando  dentro de la lujosa oficina.
-Mi estimado abogado… estaba seguro que aceptaría llevar mi caso… con esto usted se ha ganado mi total respeto y admiración.
-Para serle sincero… no estoy muy convencido de querer hacerlo… pero negocios son negocios y así lo tomo.
-Hace usted bien… él estará muy complacido de que haya aceptado… él lo aprecia mucho… él…
-Basta Sr. Ferretti… no es necesario que hablemos de él… estoy aquí por mi propia decisión… así que será mejor que empecemos a trabajar sobre el asunto, ya que el juicio será en pocos días.
-Pues manos a la obra.
Anthony tomo la decisión que marcaría por completo su vida, su carrera que recién empezaba.
No comentó nada a su familia, pues sabía que no lo tomarían con agrado.  Los días pasaban Anthony iba al despacho por las mañanas y las tardes se encerraba en las oficinas del empresario. A tres días de dictarse la sentencia, en el despacho se encontraban Stear y Anthony.
-Después de varias audiencias a puerta cerrada… solo tres días faltan para que ese tal Ferretti este tras la rejas – comentaba Stear.
-Si… tres días… solo tres días – contesto Anthony nervioso.
-Y supongo que estas preparado para la competencia del sábado.
-¿Qué competencia? ¿De qué hablas?
-Anthony… como qué competencia… no puede ser posible que la hayas olvidado…
-¡La competencia!... tienes razón… lo había olvidado por completo…
-Pensé que estabas entrenando… has estado extraño por varios días y ahora me dices qué no recordabas la competencia… qué esta pasando contigo… entonces es un hecho que no vas a estar presente en el hípico.
-Así es… no participaré…
-Ni hablar… solo seremos Archie y yo… estas muy raro Anthony… ¿te puedo ayudar en algo?
-No… es tarde tengo que irme… hasta pronto.
-Hasta pronto.
En camino a las oficinas del empresario Anthony se iba diciendo.
-Cómo es posible que hay olvidado la competencia… lo siento por mi madre con lo mucho que le emociona verme montar… en fin, de todas maneras tendré que dar muchas explicaciones.
Por fin llego el día de la sentencia, toda la ciudad de Nueva York tenia puesta su atención en aquel acontecimiento, era tanta la curiosidad que un canal famoso de noticias trasmitiría el evento.
-Por fin sabremos quien es el abogado de Ferrettti – comentaba Archie quien se encontraba en casa de los Brower junto son Stear.
-Así es hermano por fin se despejará la gran incógnita.
Dio inicio el juicio y Anthony estaba ahí representado a Ferretti.
-¡¡No puede ser… es Anthony!!… Anthony es el abogado de Thomas Ferretti – dijo asombrado Archie.
-Pero cómo es posible… no lo puedo creer –decía con asombro  Harold el padre de Anthony.
-No… mi hijo no puede estar defiendo a ese criminal – dijo triste Nicole.
-Ahora entiendo porque has estado actuando tan extraño – pensaba Stear.
El juicio siguió su marcha, las horas pasaban y pareciera que el caso se le estaba hiendo de las manos al joven abogado.  Anthony pidió un breve receso, el cual le fue concedido.
En un reservado, Anthony se decía una y otra vez, “estoy haciendo lo correcto, no estaré equivocado, pero… negocios son negocios… no sería ético dejar abandonado a mi cliente, yo acepte el caso sabiendo la clase de persona que es Ferretti… no puedo echarme para atrás… tengo que llegar hasta las últimas consecuencias”.
Concluyó el receso y el juicio continuo.
Finalmente todo término, Thomas Ferreti fue exonerado.  La prensa se abalanzó contra el empresario y él contestaba.
-La verdad se impuso, soy un empresario honesto… qué más pruebas quieren… y todo gracias a mi extraordinario abogado – comentaba con una sonrisa burlona el señor Ferretti.
Un reportero se acercó a Anthony y le cuestionó.
-Abogado Brower… con esta hazaña que acaba de realizar… confirma que su familia siempre ha estado ligado al narcotráfico… entonces los rumores de que…
-¡¡BASTA!!... mi familia no tiene ningún nexo con el narcotráfico… solo he cumplido con mi trabajo… eso es todo…
-Pero abogado Brower… usted acaba de defender a un criminal… usted acaba de tirar a la basura todo lo que la policía de esta ciudad logro para que se llevara a juicio a Thomas Ferretti y ahora usted así tan fácil demostró una inocencia que no existe… y con esto no quiere  que se piense que su familla no tiene nexos con el narcotráfico…
-No voy a contestar mas… lo que quiero que quede claro… es que mi familia si esta donde esta es por su esfuerzo, por su trabajo y dedicación y no por lo que usted piensa – Anthony salio de la sala molesto, pero a la vez contento… había triunfado… a pesar de que todo estaba en contra.
El reportero del canal concluyó la transmisión con la siguiente frase.
-Amable auditorio… vemos una vez más… que la corrupción se ha impuesto sobre la justicia… el joven abogado Anthony Brower se ha retirado de la sala evitando las preguntas de los reporteros, este joven que recién comienza su carrera ha logrado la libertad del más cotizado criminal Thomas Ferretti o como lo llama la gente “El Anticristo”, pues sabemos que el historial de este criminal va desde lavado de dinero, narcotráfico y se rumora que  ha participado en asesinatos y ataques terroristas… además con esto se puede comprobar que los rumores que rodean a las empresas Andrew pueden ser verídicos… así que una pregunta queda en el aire… ¿los Andrew son parte del crimen organizado, su fortuna proviene de actos ilícitos?... usted que opina.
Ante semejante frase Harold estallo en cólera.
-No puede ser posible… como pueden decir eso a cerca de la familia… Anthony me va a escuchar.
-Harold… cariño… una buena explicación ha de tener nuestro hijo… creo que…
-Basta Nicole… hizo algo imperdonable
-No lo puedo creer… Anthony… por qué has hecho esto… y todo por ella… seguro que fue por ella – pensaba Stear.
Archie estuvo a punto de apagar el televisor cuando enfocaron a Anthony saliendo de la corte y ya lo llamaban Anthony Brower “El Abogado del Diablo”.
Nicole al leer eso, terminó llorando y cuestionándose la actitud de su querido hijo.
Mientras que familiares y amigos del corrupto empresario celebrarían la victoria en la lujosa mansión de este personaje.
-Anthony… te debo la vida… te debo mi libertad… sabía que lo lograrías… esto es tuyo – entregaba al joven un maletín lleno de dólares – y no te preocupes son billetes limpios.
-Me retiro.
-De ninguna manera mi estimado abogado… acompáñeme al despacho.
Y estando ahí.
-Lo dejo… alguien quiere verlo.
Ferretti salio del despacho y pidió que se custodiara esa puerta, que nadie entrara.
-Enhorabuena Anthony… hiciste un buen trabajo, no cabe duda llegarás a ser el mejor abogado de toda Nueva York.
-No fue fácil… todo estaba en contra… aunque sabes que él es un criminal… no se si sentirme orgulloso o es que yo también me he convertido en un criminal.
-Vamos Anthony… simplemente cumpliste con tu trabajo… él te contrato para defenderlo y tu aceptaste nadie te obligo.
-Lo se… pero… hay algo que me dice que actúe mal… que no debí hacerlo… en fin lo hecho, hecho esta… contéstame algo… se que tus negocios son limpios, que siempre has actuado dentro de la ley… pero que te liga a Ferretti… eso nunca me lo has dicho.
-Me une una deuda de honor, además  hemos sido buenos amigos… la gente tiende a exagerar… tampoco te puedo negar que no este metido en negocios ilícitos… pero él es así… lo que te puedo asegurar es que él no es un asesino… él no es todo lo que dice la gente.
-Se dice tanto… y por todo eso tú te has distanciado de la familia… mi madre te extraña, pero no aprueba  lo que haces.
-Yo también extraño a Nicole y a Natalie, son mis hermanas como no voy a extrañarlas, pero ellas han querido que me aleje de la familia, piensan que soy una mala influencia para ustedes… pero están muy equivocadas.  Yo puedo andar por la calle con la frente muy en alto, siempre he actuado dentro de la ley y siempre va a ser así.
-Lo se Albert… lo se… creo en ti… confío en ti.
-Bien Anthony… debo irme… mañana viajo a Europa… por cierto hace mucho que no platicamos… tienes que ponerme al corriente de tu vida.
-Ya habrá tiempo para eso Albert.
-Claro… ya habrá tiempo… hasta luego Anthony y ten presente una cosa… no te dejes seducir por el poder… no hagas cosas que puedan quitarte el sueño… esta solo fue una prueba de tantas que tienes que sorfear en la vida.
-Tendré muy en cuenta tu consejo.
Anthony se despidió de su tío Albert Andrew, de quien se decía era socio de Ferretti en todos sus malos negocios. Esto era falso, simplemente los unía una deuda de honor y una amistad.
Anthony salio de la lujosa mansión, su destino era su hogar, en donde su familia le esperaba con ansias, el joven abogado ahora tenia que enfrentar el juicio de su familia.
Anthony ha llegado a casa, estaciona su automóvil y baja.  Camina a paso lento, atraviesa la entrada y en la sala esta reunida toda la familia, tanto los padres de Anthony, Stear y Archie y los padres de estos últimos.
-Buenas noches – dijo Anthony.
-Me puedes explicar que fue todo eso… como fuiste capaz de prestarte a semejante burla – cuestionaba severamente Harold.
Con voz firme Anthony contestó.
-Cumplí con mi trabajo, eso es todo.
-¡¡Con tu trabajo!!... Anthony, yo no te pague una carrera para que defendieras criminales… lo que acabas de hacer… es poner en tela de juicio el honor de  esta familia, de mi familia, de mi apellido.
-Harold… no te alteres… seguramente ese hombre lo amenazó – dirigiéndose a su hijo con una mirada de piedad - ¿verdad qué fue por eso hijo?, di que fue por eso…
-Madre… nadie me obligo, tome a conciencia mi decisión… además el caso fue un desafío para mi, quería demostrarme que podía salir triunfante de algo imposible.
-Pero… por qué defender a un maleante… no te das cuenta que con esto reafirmas lo que se dice pro ahí… no te conformaste con que Albert hiciera malas amistades… ahora tú sigues su ejemplo… y a pesar de que te prohibí frecuentarlo, lo seguiste haciendo… ¿verdad? – decía Harold en un tono sumamente fuerte, estaba realmente furioso.
-Albert no es lo que ustedes creen… él no seria capaz de cometer actos ilícitos y por supuesto que seguí frecuentándolo, es mi tío, lo aprecio mucho y lo admiro.
-Claro, seguramente él te pidió que defendieras a ese tipo… ahora lo entiendo todo… él te metió en la cabeza esas absurdas ideas.
-Él no tiene nada que ver con esto… YO  TOME LA DECISIÓN.
-Y dime una cosa Anthony… ¿pretendes seguir bajo las órdenes de ese delincuente? – preguntó Harold con voz suave.
-Si, a partir de hoy soy su hombre de confianza… su mano derecha.
-Bien si esa es tu decisión, te pido que mañana dejes esta casa y podrás volver cuando entiendas que tu proceder es un completo error.
-Pero Harold… no estas hablando en serio… es nuestro hijo… no puedes correrle de la casa.
-Cálmate Harold… estamos muy tensos, lo mejor es irnos a descansar y mañana continuamos con la conversación – dijo Erick padre de Stear y Archie.
-Si Harold mañana será otro día, hazlo por mi hermana – pidió Natalie la madre de los primos de Anthony.
-La decisión esta tomada… tanto admira a su tío que quiere seguir sus mismos pasos… pues que haga lo que quiera, pero lejos de esta casa… no hay marcha atrás.
-Respeto tu decisión padre y mañana me iré de casa, además ya había tomado esa decisión y con respecto al despacho también lo dejo.
-El despacho es tuyo Anthony, de Stear y de Archie… ese asunto lo tienes que tratar con ellos no conmigo… no tengo más que decir buenas noches.
Harold se retiro a su habitación decepcionado, triste, amaba a su hijo pero lo que había hecho era algo imperdonable.
-Nicole nos retiramos también, me duele verte así… cualquier cosa llámame por favor.
-Natalie gracias por tus ánimos… pero qué voy a hacer ahora… mi hijo se va, me duele tanto… yo… - Nicole no pudo continuar, las lágrimas se lo impidieron.
-Te acompaño a tu habitación.
-No… no te preocupes, ya es tarde… mañana nos vemos.
-Esta bien, hasta mañana.
-Hasta luego Nicole.
-Hasta luego Erick.
Natalie antes de salir  se acerco a Anthony.
-Anthony, sabes que te queremos mucho, por favor… recapacita, no hagas sufrir a tu madre, ya hemos sufrido suficiente con el distanciamiento de Albert… piénsalo bien por favor.
-Si tía… lo pensaré.
Natalie deposito un beso en la mejilla del chico y salio.
Natalie y Erick se marcharon, Nicole se retiro a su habitación.  Y en la sala quedaron  los tres jóvenes.
-Anthony… estamos muy sorprendidos con esta situación, nunca imagine que te prestaras a semejante burla… tú que siempre decías que ese hombre era una lacra y ahora lo has salvado de la prisión… ¿por qué lo hiciste?… ¿por dinero?… tu familia lo tiene, no había necesidad de llegar a esos extremos.
-Stear… jamás utilizaría la fortuna de la familia para satisfacer mis gustos, además no quiero andar por la vida siendo el hijo de papi… a cabo de tomar las riendas de mi camino… se que no es la mejor manera de comenzar, pero lo hecho, hecho esta, y no hay marcha atrás… voy a seguir con Ferretti y eso es todo.  Ahora con respecto al despacho… yo…
-Anthony… a pesar de todo yo estoy contigo… no tengo ni la más mínima idea de por qué lo hiciste… pero eso no debe intervenir en nuestra amistad… mas que primos somos amigos, casi hermanos… no es necesario que dejes el despacho… ¿verdad Stear?
-Ya lo dijo Archie… Anthony, no es necesario que dejes el despacho… nuestra amistad no debe terminar por esto… pero eso si en cuestión a Ferretti, nos mantendremos al margen, no queremos saber nada de él, ¿de acuerdo?
-Gracias Stear, gracias Archie.
-Nos retiramos Anthony, supongo que no iras mañana al hípico – pregunto Stear.
-No. No iré… les deseo suerte.
-Hasta pronto – dijeron al unísono los hermanos.
-Hasta pronto.
Al siguiente día Anthony salio de su recamara, solo llevaba un portafolio con documentos, la foto de su padres y el maletín del dinero. Nada se llevaba, no tenia caso.  Nicole lo vio partir, quiso detenerlo pero Harold se lo impidió.
Ese día fue el peor en la vida de los Brower, pues en el hípico lejos de estar la atención en la competencia, estaba sobre los padres de Anthony, la gente que se encontraba reunida quería saber el por qué el joven abogado defendió a ese criminal. Los padres de Anthony, los padres de Archie y Stear, se abstuvieron a contestar las asiduas preguntas.  Terminada la competencia rápidamente salieron, no soportaban más la indiscreción de los presentes.
Mientras Anthony se encontraba buscando un departamento y en las grandes tiendas adquiriendo ropa que fuera con su nuevo estilo de vida.  Por la noche, Anthony dormía en su nuevo departamento, el cual se encontraba a minutos de las oficinas de Ferretti.
Pasaron los días, y los días trajo los meses.  Anthony se desempeñaba muy bien en los asuntos de Ferretti y en los pequeños casos del despacho, todo iba muy bien.
Stear estaba a un mes de terminar la universidad y con ello presentaría su examen de titulación, era un chico muy inteligente y muy dedicado a sus estudios.
Stear y Anthony habían decidido ir a España a presentar su maestría, en cuanto Stear terminara la universidad.
Caroline Marlow, triunfo en su primer protagónico.  Y los rumores de un romance con el actor Terruce Granchester cada vez eras más fuertes.
Y un buen día en el despacho.
-Anthony… supongo que ya tienes todo arreglado, partimos en una semana – dijo emocionado Stear.
-Stear… lo siento mucho… no podré ir contigo a España.  Iré a hacer mi maestría a Italia.
-Pero Anthony… por qué ese cambio de planes – cuestiono Stear.
-Caroline se encuentra ahí, y la extraño mucho… además esto servirá para fortalecer la relación y casarnos lo más pronto posible.
-Anthony no estarás hablando en serio… que no lees los diarios… ella esta con él… ella no te ama… todo lo que has hecho ha sido en vano… la gran fortuna que has logrado no será suficiente para complacer los caprichos de mujeres como esas.
-Stear… no te voy a permitir que hables así de la mujer que amo… me voy a Italia, eso es todo.
-Bien… has lo que quieras.
Stear salio furioso de la oficina, no podía creer que “El Abogado del Diablo”, fuera una patética figura ante una mujerzuela.
Después de varios días Stear se encontraba en España, Anthony en Italia, quien en cuanto piso aquel país se apresuro a comprarle el mejor departamento a su querida Caroline.  Archie se quedo en América a cargo del despacho, pues todavía le faltaba un año para concluir su carrera.
Después de un mes.
-Anthony no puedo creer que estés aquí conmigo… compartiendo una vida de pareja… soy tan feliz…
-Mereces todo lo mejor, te amo tanto… que el día que me dejes preferiría morir, no podría vivir ya sin ti.
-Te amo Anthony… solo te amo a ti.
-Mira… espero que te guste.
Al abrir aquel estuche, el rostro de la joven se ilumino.
-Es una hermosa gargantilla… Anthony, te amo, te  amo.  Es hermosa… la voy a estrenar mañana mismo.
-Y por que mañana, puede ser hoy… iremos a cenar al mejor restaurante.
-Lo siento Anthony, no podrá ser esta noche… tengo que descansar muy bien… no puedo ir ojerosa al cóctel de mañana.
-¿Qué cóctel?
-Es una obra de caridad y tengo que ir.
-Va a estar él presente… ¿verdad?
-Si… supongo que si… además yo voy a ir contigo, o es qué no quieres acompañarme.
-Esta bien… será mañana.
Esa noche Anthony no pudo dormir, a pesar de que ya vivía con Caroline, no podía sacarse de la cabeza de que ellos tuvieron algo, de que la mujer que dormía su lado lo había traicionado.
Al siguiente día por la noche, Caroline derrochaba sensualidad al portar aquel vestido entallado a su figura, la cual era realmente exquisita.
Las miradas masculinas no podían evitar posarse en aquel cuerpo perfecto, Anthony sentía que la sangre le hervía, abrazaba a su acompañante como haciéndoles entender que él era el dueño de esa mujer.
La velada transcurría sin ningún percance, los organizadores del evento pidieron que los actores de moda se acercaran para realizar una subasta.  Terry y Caroline, no se pudieron negar.
Anthony se encontraba en la barra, con una copa de whisky, no podía dejar de mirarlos, quería en ese momento matarlos, sus celos estuvieron a punto de cegarlo. Y más cuando ellos bailaban a petición de la gente.
Terry tomaba a esa mujer como si le perteneciera y susurrándole al odio le decía.
-Vaya esta gargantilla no te la conocía… déjame adivinar un regalito de tu juguete.
-Terry…  por favor… no hagas esos comentarios… y si es un regalo de él.
-Caroline… por qué no lo dejas… no lo amas… solo estas con él por su dinero… eres una mujer bella, pero despreciable.
-Eso no opinas de mi cuando estamos en la cama.
-Tú sabes que no me puedo resistir a las delicias de un ejemplar como tú.
Caroline no pudo contener una coqueta carcajada.  Anthony prefiero retirarse del lugar.
Al terminar la melodía, la chica busco a su pareja.
-Vaya creo que te han dejado sola.
-Y todo por tu culpa… ahora tendrás que ser mi acompañante Terry.
-De ninguna manera… ya logre lo que quería y ojala te deje para siempre.  Hasta luego Caroline.
Caroline no iba a hacer el ridículo marchándose sola, así que no falto quien quisiera acompañarla.
Aquella actriz llego al siguiente día.
-¿Te divertiste? – pregunto molesto Anthony.
-Claro que me divertí… por qué te fuiste… por qué me dejaste sola – reclamaba la bella actriz.
-Supuse que eso era lo que querías.  Sabes creo que esto no esta funcionando, lo mejor es que me vaya… haz lo que quieras de tu vida… no me importa.
Caroline se arrojo a sus brazos.
-Perdóname… abrázame… por favor… no te vayas… yo te amo… yo no tengo nada que ver con Terry… te lo juro… te amo… te amo…
Esa mujer beso con locura a Anthony y él se dejo nuevamente seducir por aquella mujer, dando inicio a una entrega de amor, a una entrega de amor llena de frenesí.
Después de aquella escena, Caroline procuraba irse con cuidado, no iba a permitir que Anthony la dejara.
Un día de tantos Anthony recibió una llamada, era Ferretti, quien necesitaba con urgencia la presencia de Anthony, se había vuelto a meter en un gran problema.  Ahora lo acusaban de acoso sexual y claro de adulterio.  Este magnate estaba casado y tenía dos hijos, uno de 10 años y el otro de 5 años.  Lo que este hombre pretendía era limpiar su nombre y claro la custodia de sus hijos.
-Caroline… tengo que regresar a América… mi cliente me necesita.
-Pero cariño… no quiero que te vayas.
-Te propongo algo… por qué no vienes conmigo, además ya es hora que te conozcan  mis padres.
-Tu sabes que no puedo, tengo muchos compromisos… no puedo abandonar mi carrera.
-Esta bien… trata de resolverlos, para que me alcances… creo que estaré mucho tiempo en Nueva York.
-Claro cariño… haré lo que pueda… y cuándo te vas.
-En una semana… tengo que resolver algunos asuntos.
-Que bien… por que sabes… esta en la ciudad Niel… vino de vacaciones.
-¿En serio?… que buena noticia… otro de los desertores.
-Si… otro de los desertores… ¿recuerdas nuestra noches de universidad?... nos la pasábamos muy bien… lo invite a cenar no te molesta ¿verdad?
-Claro que no cariño… hace tiempo que no lo veo.  Tengo que irme nos vemos en la cena.
-Nos vemos.
Niel Leagan, se consideraba uno de los mejores amigos de Anthony.  Este formo parte de aquel grupo de amigos cuando Anthony y Caroline cursaban el primer año de universidad, así como Caroline, Niel le desagradaba la carrera de abogacía y termino por desertar.  Tenía poca comunicación con Anthony, pero al llegar a Italia supo que sus amigos se encontraban en esa ciudad.
La cena estuvo llena de recuerdos, la pasaron muy bien.  Durante esa semana Caroline actuaba muy extraño, casi no estaba en casa.  Anthony no se pudo percatar de eso, pues estaba afanado con arreglar sus asuntos y regresar a América.
Y el día de partir.
-Cariño… quisiera que fueras conmigo… estos meses han sido los mejores de mi vida.
-Te voy a extrañar mucho… pero mis compromisos son importantes.
-Lo entiendo Caroline… me voy si no me deja el avión.
-Me encartaría acompañarte al aeropuerto pero… tú sabes… te haría un espectáculo y te pediría que no te fueras.
-Claro, te entiendo… en cuanto llegue a Nueva York, te llamo.
-Si amor.
Anthony llego al aeropuerto y se encontró con la novedad que los vuelos se habían cancelado por el mal clima.
El joven regreso a casa, pero antes paso por una joyería y compro una fina pulsera a Caroline.
Al llegar al departamento, Anthony entro sigilosamente, quería darle la sorpresa y al entrar a la recamara.  Caroline disfrutaba de la compañía de un hombre.
-¡¡¡CAROLINE!!!
-¡¡¡ANTHONY!!!... amor no es lo que tú crees… yo… Anthony… déjame explicarte.
-No tienes nada que explicar todo esta muy claro… pero como pudiste… y tú Niel… tú que te decías mi mejor amigo… son un par de traidores.
Caroline se levanto envuelta en una sábana, se abrazo a Anthony pidiéndole perdón.
-No sigas Caroline, no tiene caso – hizo a un lado a la chica y saco de su saco el estuche y se lo aventó a Niel – ahí tienes… tu noche con ella corre por mi cuenta.
El joven abogado salió rápidamente del departamento sin rumbo fijo, lo único que quería era irse lo más pronto posible de ese país.
Anthony recorrió las bellas calles de Italia  lleno de dolor, de un profundo coraje.  Su mente no podía despejar aquella escena, Caroline y Niel en su cama, en aquella cama en donde él hizo suya mil veces a Caroline.
-Cuántas veces te habrás burlado de mi, a cuantos te habrás entregado y yo tan estúpidamente te di una vida de reina, nunca te negué algo… por qué me hiciste esto… por qué… – por fin las lágrimas salieron de la triste mirada azul del abogado.
Un nuevo día llegó Anthony se encontraba en el aeropuerto listo para partir, sonó su celular y contestó.
-Anthony… estuve tratando de localizarte toda la noche, tenias el celular apagado… por favor regresa… perdóname… por favor regresa… en dónde estas… te juro que no fue mi intención engañarte, yo solo te amo a ti… perdóname – decía la actriz llorando, casi al borde de la locura.
-Caroline… por qué lo hiciste, tú lo eras todo para mi, puse el mundo a tus pies… lo único que quería era que me amaras… adiós Caroline, adiós para siempre.
-ANTHONY, ANTHONY… no cuelgues… por favor regresa.
El joven apagó su celular y abordo el avión, estuvo a punto de flaquear, pero tenía que ser fuerte, tenía que alejarse de esa mala mujer, además tenía que regresar a América por lo de Ferretti.
En cuanto piso Nueva york, inmediatamente se dirigió a su despacho y ahí se encontró con Archie.
-Anthony… bienvenido… supongo que adelantaste tu viaje por lo de Ferretti… ¿no es así? – pregunto Archie.
-Así es Archie… tengo que ponerme a trabajar en eso lo antes posible… y dime cómo esta Stear, hace tiempo que no hablo con él, lo último que me dijo es que se había enamorado, ¿eso es cierto?.
-Si, al parecer esta muy enamorado… puedes creerlo amor por  Internet, cuando hablamos o estamos en el msn no habla de otra cosa más que de su novia virtual.
-Y… ¿cómo se llama, de dónde es? – preguntó con una gran curiosidad el rubio.
-Solo se que se llama Patty y estudia algo de medicina… la verdad es que no han hablado mucho de su vida personal, temen que no funcione, así que no hablan mucho de eso, solo de sus hobbies, de como esta su día, en fin cosas de novios.
-Me alegró por él, ojala que esa chica no llegue a desilusionarlo.
-Por qué lo dices en ese tono, ¿pasó algo con Caroline?
-Te lo diré… a final de cuentas se van a enterar… mi relación con ella terminó… solo te puedo decir eso.
-Pues a tu madre le agradara la idea… ella nunca ha visto con buenos ojos tu relación con esa actriz… sabes que ella es fanática del cine y lee los espectáculos… y al ver ciertas fotografías, no hace más que preguntarse como la estarás pasando… no le agrado saber que vivías con ella.
-Me lo imagino… cuando hablaba con ella, me lo hacia entender… pero bueno eso ya termino… ahora si no te molesta quiero trabajar en lo de Ferretti… me voy en este instante para sus oficinas, cualquier cosa me llamas al celular.
-Claro Anthony… y ánimo.
-Si… ánimo – contesto con una ligera sonrisa.
Al llegar a las oficinas del magnate, se encerró en su privado.  Quería despejarse un poco, quería borrar la imagen de la traición, encendió su lap y Stear se encontraba en línea.  Con él pudo desahogarse, Stear y Anthony eran muy unidos, se platicaban todo, o casi todo.
En la platica Stear le recomendó a Anthony que no siguiera con Ferretti, que lo dejara, así como dejo a Caroline, que pensara muy bien lo que iba a hacer.  Después de varias horas se despidieron.
Semanas después se celebro la primera audiencia, Anthony estaba distraído, “El abogado del diablo”, perdió el primer embate.  Al cerrarse la cesión, tanto Ferretti como Anthony se dirigieron a la mansión de este y al llegar.
-Anthony… ¿qué esta pasando con usted mi estimado abogado?… no se da cuenta, el caso se esta hiendo por el caño… yo no quiero estar tras las rejas… suficiente pago para que se me procese estando fuera de la cárcel… no estará pensando en darle la razón a mi esposa… ¿verdad?.
-Ferretti… entienda… sus hijos estarán mejor en manos de ella… y en lo que respecta a lo del acoso sexual… haré todo lo que este a mi alcance por dejar limpio su nombre… aunque…
-Aunque… qué… mi estimado abogado… en realidad usted cree que yo fui capaz de semejante estupidez… no se equivoque mi estimado abogado… yo puedo tener a las mujeres que quiera, sin necesidad de llegar a esa vileza… y en cuanto a mis hijos, los quiero conmigo… así que vaya pensando bien sus estrategias, no le voy a perdonar  un error, ni el más mínimo error… estamos mi querido abogado.
-Esta bien… haré lo que pueda.
-No… lo hará y punto.
-Como usted diga… permiso.
Anthony salió muy preocupado de ese lugar, ¿qué hacer ahora?, eso era demasiado para él.  Había entendido a la perfección las palabras de Ferretti, en caso de fallar, ¿le esperaba la muerte?, aunque esa idea no le desagradaba, tal vez era lo que quería, morir, para que seguir viviendo si su vida iba de error en error.  La próxima cita en los juzgados sería en mes y medio, y esa sería  la última.
Anthony, manejo sin rumbo fijo.  Se estaciono en un bar, al cual hacia tiempo no asistía, el bar de San Diego.  Entro y se sentó en  la barra, pidió un whisky y encendió un cigarrillo.
-¡¡ANTHONY!!… en verdad eres tú… esto si que es una sorpresa… supe que estabas en Italia, cuándo llegaste – preguntaba una chica pelirroja, guapa, era ni mas ni menos que Elisa Leagan, hermana de Niel.
-Hace unos días.
-Claro… seguro por lo de Ferretti… no me llama mucho la atención los asuntos de abogados, me producen flojera… y… ¿ella vino contigo?
-¿Ella?
-Si… Caroline Marlow… la famosa actriz… ustedes tienen algo… ¿o me equivoco?
-Elisa… quiero estar solo… por favor.
-Vamos Anthony… quiero hacerte compañía, además hace tiempo que no nos vemos, digo a pesar de todo hay una buena relación entre nosotros, ¿no es así?… no recuerdas que hace años, cuando estábamos en la preparatoria, Nicole decía que nos veíamos muy bien juntos, tenía la ilusión de que tú y yo…
-Basta Elisa… eso pertenece al pasado, además era cosa de mi madre, no mía.
-Veo que estas triste… porque no me cuentas, anda… platícame lo que te pasa… dicen que es mejor hablar, que quedarse con las cosas que a uno le duelen.
-Vaya, veo que estas poniendo en práctica tus clases de psicología.
-No te burles… bueno al menos me sonreíste… anda platícame.
-Esta bien… si quieres estropear tu noche, te contare.
Anthony le platico todo a Elisa.  Conforme la platica transcurría Anthony seguía bebiendo, aquella chica no se lo impedía al contrario lo alentaba a seguir haciéndolo.  Dieron las tres de la madrugada, Elisa salio con Anthony, lo convenció de llevarlo a su departamento.  La pelirroja no sabía la dirección de él, así que lo llevo a su departamento.
Al llegar ahí, lo instaló en su recamara.  Por un impulso y verlo tan desprotegido beso aquellos labios que siempre quiso besar, Anthony por un momento imaginó que la mujer que tenía en frente era Caroline, y sin mas, la hizo suya con esa pasión que solo esa actriz despertaba en él.  A Elisa no le importo que él la llamara “Caroline”, simplemente se dejo amar.
Al siguiente día, Anthony abrió sus ojos, recorrió el lugar con su mirada, y al mirar a su costado se encontró con el rostro de Elisa.  El chico cerro los ojos y pensó.
-No puede ser… no puede ser… qué he hecho… no es posible…
Anthony se levantó, rápidamente se vistió y salió de ese departamento.  Tomo un taxi, se dirigió al bar donde seguramente se encontraba su auto. Posteriormente se dirigió a su departamento.
Al estar ahí entro a darse un buen baño, su cuerpo desnudo se  sumergió en el jacuzzi, cerró sus ojos y se puso a pensar en todo lo que le estaba sucediendo, cómo era posible que una noche de copas hubiera llegado al grado de acostarse con Elisa, cómo era posible que se estaba dejando dominar por la pasión que aun le generaba el recuerdo de Caroline, cómo era posible que él estuviera a punto de dejar  limpio el nombre de un maleante como lo era Ferretti, a caso… ¿él iba tener el coraje, el valor de separar a unos niños de su madre?
Salio del jacuzzi envuelto en una toalla, se dirigió al piano que había comprado exclusivamente para aprender a tocar la melodía que a ella tanto le gustaba, por un momento creyó escuchar su voz diciéndole: “Toca mi melodía, esa que debió llamarse Para Caroline y no Para Elisa, anda toca mi melodía, compláceme”.  Sin querer él se sentó frente a ese piano y empezó a tocar la melodía, para después desplomarse sobre él llorando, llorando de rabia, de dolor.
Se vistió y salio, fue al lugar donde tenia prohibida la entrada,  la casa de sus padres.  Harold se encontraba de viaje, así que no hubo quien le impidiera el paso.  En cuanto  vio a su madre se arrojó a sus brazos como un pequeño, y como tal lloro.  Ella solo se dedico a acariciar sus cabellos rubios y le decía suavemente.
-Tranquilo mi pequeño, desahoga tu alma que seguramente esta cargada de malos momentos, llora, llora mi pequeño, que después de esto saldrá el hombre que hará lo correcto para enderezar su camino.
Anthony platicó largamente con su madre, le hablo tanto de sus negocios con el magnate, como la relación que tuvo con Caroline.  Al llegar la noche Nicole le pido que se quedara en casa, su habitación estaba tal como él la dejo. Él acepto.
Cada vez estaba mas cerca el día de la sentencia. Y un buen día una mujer entro al despacho de Anthony.
-Como no me has llamado decidí venir a verte.
-Elisa… qué haces aquí.
-Como tú no me llamas, pues heme aquí cariño.  Pasamos una bella noche, para serte sincera tú fuiste el primero y me encanto perder mi virginidad en tus brazos.
-Elisa… yo no se que decirte… estaba tan pasado de copas… que no recuerdo nada…
-Pero yo si… y  de esa noche de amor… pues paso lo que tenía que pasar…
-A que te refieres, habla claro.
-Anthony… felicidades… vas a ser papá.
 
Con asombro Anthony le contesto.
-Estas loca… eso no puede ser cierto.
-Claro que si cariño – la pelirroja le coloco en el escritorio los análisis que decían que ella estaba embarazada – así que amor, tenemos que casarnos cuanto antes.
-Elisa… créeme que esta noticia me ha sorprendido… no se que decirte… además yo en este momento lo que menos quiero es comprometerme con alguien… te platique mi relación con Caroline… será mejor que hablemos en otro momento.
-Anthony… sabes perfectamente que nuestra familia mantiene sus ideas, sus costumbres, no puedes hacerme esto… tenemos que casarnos, por favor Anthony, o tendré que hablar con Nicole.
-No me amenaces Elisa… ahora retírate… yo te llamo después…
-Te dejo Anthony, pero llámame pronto o tendré que hablar con Nicole.
Dicho esto la pelirroja salia con una sonrisa de triunfo en sus labios, estaba segura que ese chico se casaría con ella.
Anthony se desplomó en su escritorio, leyó una y otra vez aquel documento, Elisa estaba embarazada. Además tenia el juicio encima solo faltaban uno días, así que prefirió centrar su atención en su estrategia, leyó los documentos en donde Ferretti pedía la custodia de sus hijos, la palabra “hijos”, hizo que por su cuerpo le recorriera un escalofríos.  Tomo el teléfono, llamo a Elisa, y le dijo.
-Elisa… después del juicio nos casaremos, prepara todo.
No espero la contestación de Elisa y colgó.
Elisa por su parte, inmediatamente se comunicó con los padres de Anthony,  quienes se encontraban de viaje.  Nicole se alegró en demasía por la noticia, aunque le sorprendió mucho, pero estaba feliz pues ella soñaba con eso.
A una semana del juicio, Archie tuvo que viajar por cuestiones de trabajo, Anthony se quedaba solo. 
Elisa se presento ante el rubio.
-Hola cariño… mira he venido a mostrarte el lugar donde será la recepción… estoy tan contenta…
-Elisa… lo que decidas esta bien para mi… no quiero ser grosero contigo… pero estoy a unos días del juicio… por favor… quiero estar solo…
-Pero cariño… no es un evento cualquiera es nuestro matrimonio.
-ELISA… POR FAVOR… QUIERO ESTAR SOLO – le grito Anthony a la chica.
-Esta bien… esta bien… siento mucho que mi presencia te moleste.
-Discúlpame, se que no debe tratarte así en tu estado… pero realmente estoy muy ocupado.
-Bien cariño, me voy… mañana estaré todo el día en la calle, todavía faltan muchas cosas.  Hasta pronto.
-Hasta pronto.
La noche llego y Anthony seguía trabajando y su celular sonó.
-Hola.
-Hola cariño… por favor no cuelgues… por favor atiéndeme.
-¡¡CAROLINE!!
-Amor… te extraño tanto, perdóname por favor, se que hice mal, se que no debí traicionarte, fui una estúpida, pero por favor perdóname, regresa amor.
-Caroline, no insistas por favor, todavía me duele tu traición, no se que siento por ti ahora, estoy muy confundido, no llames mas… no quiero ser grosero contigo, por favor… olvídate de mi.
-Y tú… ¿podrás hacerlo?... ¿podrás olvidarme?
-No lo se… no lo se…
-Anthony… quiero verte, quiero tenerte frente a mi para pedirte perdón, me estoy volviendo loca, te necesito.
-Caroline, no llames mas, adiós.
-Anthony, por favor Anthony.
El chico arrojó el celular, ya no quería saber más de ella, pero  sentía que la amaba, y cuando escucho su voz quiso decirle que la extrañaba, que la deseaba, pero su orgullo se impuso.  El conservaba aun su retrato guardado en uno de los cajones de su escritorio, el cual saco, lo observo, esa foto era reciente.  Permaneció por varias horas observando aquel retrato y estaba bebiendo, finalmente lo arrojó contra la pared.
Cerca de las siete de la mañana, el abogado se levanto, se inclino para recoger el retrato y salió de la oficina, abordo su auto deportivo y como un loco salio.  Tenia en mente a bordar el primer avión que lo llevara a Italia, la necesitaba, la extrañaba, sentía que la amaba, iba como un loco, y en un abrir y cerrar de ojos el cofre de su auto estaba enganchado a otro.
Anthony termino de tocar aquella melodía, se levanto y se dirigió de nuevo a su sillón con aquel tierno retrato.
-Si no hubieras cambiado tanto, tú y yo hubiéramos sido tan felices, no se si agradecer a ese accidente que me impidió regresar a ti.

Dio un profundo respiro y se sorprendió al recordar la tierna sonrisa de aquella enfermera.

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