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El renacer de un corazón. 
Por Alejandra Maraveles
 

10. El renacer de un corazón.
 
Los siguientes días pasaron, muy lentamente para Lily, parecía que el tiempo estaba jugando un complot en contra suya, y que los minutos parecían horas y las horas una eternidad. Nunca había pensado que podía llegar a querer a alguien con esa magnitud. Al mismo tiempo se reprochaba no haber sido cautelosa con él… aunque en parte sabía que había sido algo instantáneo, nadie la había preparado para que algo así sucediera.
 
Seguía sin saber nada de Anthony y eso le abrumaba, ¿Por qué ni siquiera daba señales de vida? ¿Estaba bien? ¿Iba a regresar?, las preguntas llegaba a su mente aún en el momento más inesperado, y ahora Lily comprendía lo que era estar pensando en alguien todo el día.
 
Cuando había pasado cerca de un mes, Lily comenzó a resignarse, era evidente que Anthony no iba a regresar, y por mucho que lo quisiera, y por lo mucho que lo extrañara, no podía dejar de vivir, esa tarde finalmente aceptó ir a un bar con Ale y algunos otros compañeros de trabajo.
 
Una vez allí Lily pensó que era algo tonto, no se sentía a gusto, sólo seguía pensando en él, el ruido ensordecedor la estaba mareando, y si seguía tomando rums lo único que iba a conseguir era una fuerte resaca por la mañana. No, tomar así no era la solución para olvidar, ella era más fuerte que eso y lo iba a demostrar, era un poco tarde cuando Ale la dejó en la puerta de su edificio, Lily entró y el portero la detuvo…
 
- Señorita Divas
- ¿Qué sucede? – preguntó Lily con aire cansado.
- El joven allí tiene más de una hora esperándola.
 
Lily giró su cabeza rápidamente y se encontró con la cara que había estado soñando desde hacía más de un mes...
 
- Hola Lily – saludó.
- ¿Anthony? – preguntó como queriendo asegurarse que aquello no fuera un sueño.
- Sí, perdón por aparecer así de improviso…
- No hay problema – dijo Lily un poco apenada.
 
Aún olía algo a alcohol. Y lo último que quería era dar la impresión de ser una borracha o algo parecido.
 
- ¿Quieres subir?
- Es un poco tarde – dijo Anthony - quizá sea mejor que regrese mañana.
- No, está bien… – aseveró Lily, lo último que quería era que Anthony se fuera…
 
Anthony sonrío, y a primera impresión Lily pensó que era una sonrisa mucho más linda de todas las que le había visto… se sonrojó un poco y después se acercó al ascensor y Anthony hizo otro tanto. Pronto llegaron al departamento de Lily, ella abrió la puerta y ambos pasaron.
 
- ¡Que lindo lugar para vivir! – exclamó Anthony.
 
Lily se sonrojó de nuevo mientras depositaba su bolsa sobre una mesa. Volteó a mirarlo y las preguntas inundaron su mente nuevamente ¿dónde estabas? ¿Por qué me dejaste sola? ¿estás bien? Pero su boca parecía estar pegada, porque no podía abrirla, no sabía con exactitud si las palabras que salieran iban a responder a su razón.
 
- Sé que esta mal aparecerme así – dijo Anthony adelantándose a Lily.
- Estuvo peor haberte ido sin decir adiós – le reprochó Lily cuando finalmente pudo hablar…
- Sí, lo sé – dijo él – no esperaba tardar tanto en regresar… sé que no tengo excusa… debí haberme despedido, decirte lo que pensaba hacer…
- Pues ya que hablamos de eso… ¿Por qué te desapareciste así?
 
En cuanto las palabras salieron de la boca de Lily sintió que estaba atacándolo, y era lo último que quería… ella no era nada de él para pedirle una explicación.
 
- Lily – dijo al tiempo que tomaba su mano y la miraba con vehemencia – ¡Eres tan pasional! ¡Eres tan independiente! ¡Eres tan fuerte! Y yo… yo no podía seguir como estaba… Tú no merecías a una persona que estuviera entumida para amar…
- Anthony – musitó Lily
- Tú mereces una persona que te ame con toda la intensidad.
- No, no es así – refutó Lily quien pensaba que le iba a decir adiós para siempre
- Sí Lily – dijo mientras tomaba su otra mano también – Y yo quería ser justo contigo… por eso…
 
Lily cerró los ojos esperando lo peor.
 
- Fui a deshacerme de mi viejo yo, de ese que no me dejaba vivir… para dar paso a la nueva persona, a la que tú hiciste renacer…
- ¿Yo?
- Sí Lily, desde el primer momento en que te vi, sentí que podía volver a amar, que podía volver a sentir…
 
Lily comenzó a temblar de pies a cabeza.
 
- Lily, aceptarías este corazón que acaba de renacer sólo para ti
- Sí – dijo al tiempo que las lágrimas recorrían sus mejillas
- ¿Otra vez lloras?
- No son de dolor… también de alegría se llora ¿sabes?
- ¡Eres increíble!
 
Y Anthony no pudo decir nada más, las palabras comenzaban a sobrar así que la abrazó fuertemente para darle un gran beso que fue el inicio de una nueva vida y de muchos de miles de latidos.


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